cap [46]

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La figura solitaria

El rostro de Colin lucía sombrío. ¿Por qué estaba enojado de nuevo? ¿Fue
porque ella rechazó su oferta de venir a vivir aquí?
No, no podía ser por eso.
Sofía salió del baño y vaciló, antes de acostarse en la cama grande.
Miró al techo y comenzó a pensar.
Recientemente, se había sentido atraída por Colin. Por alguna razón, se
sentía como si algo los uniera.
Ella no sabía si era bueno o malo.
Ella aclaró su mente y decidió preguntarle a Colin si él todavía quería
divorciarse de ella.
Si el divorcio era inevitable, lo mejor era mantener una distancia segura de
él.
Si no, ¿qué debería hacer ella?
Pensar en ello hizo que el corazón de Sofía latiera rápido y su cara
enrojeciera. ¿Qué le estaba pasando?
Colin salió del baño y encontró a Sofía cubriéndose la cara con las manos.
La miró fríamente. —¿Estás pensando en alguien? Qué mujer tan frívola
eres.
El rubor en el rostro de Sofía se desvaneció de inmediato. —Un bastardo.
— dijo Sofía suavemente.
Colin no esperaba que ella lo admitiera. Se quedó de pie junto a la cama y
la miró. En un tono frío, dijo. —¿Un bastardo? —Debe ser uno de tus amantes.
Amante...
Contuvo el fuerte impulso de golpearlo, apretó los dientes y asintió. —Eres
muy inteligente.
Con esto, Colin se quitó la bata y la arrojó sobre la cama.
A pesar de la conmoción de Sofía, Colin se metió a la cama y la abrazó con
fuerza.
—Sofía, te advertí que no podías tener otros amantes. ¿Cómo te atreves a
ignorarme? —Aunque él tenía una bata de baño para Sofía, nunca se la dio.
Era más fácil quitar la toalla de su cuerpo.Sofía se sonrojó demasiado, agarró el edredón y trató de cubrirse, pero
Colin la detuvo. Pronto, ambos estaban desnudos.
—Colin, espera. ¡Tengo una pregunta! —Sofía se apartó de las impacientes
manos de Colin.
—Dime.
Respiró hondo mientras ordenaba sus pensamientos. Ella preguntó con
calma: —¿Cómo te sientes ahora? ¿Todavía quieres divorciarte de mí?
¡Sería un bastardo si aún queriéndose divorciar de ella todavía quería
dormir con ella!
Colin no esperaba su pregunta.
Después de un momento, él respondió: —Tienes muchos amantes. ¿Por qué
querría seguirte teniendo como mi esposa?
Sus palabras fueron hirientes. —¿Y si no es así?
¿Acaso no durmieron juntos anoche? ¿Realmente pensaba que ella inventó
todo cuando fue al hospital?
Colin no podía decir si ella estaba diciendo la verdad o no. Él dijo: —Sofía,
te advertí que si querías estar conmigo, no podrías estar con nadie más. Pero
coqueteaste con Helge y otros hombres. ¿Cómo una mujer como tú podría ser mi
esposa?
A él no le importaba su pasado. Pero no podía ignorar su comportamiento
reciente y futuro.
Sofía quería protestar. Ella nunca actuó de forma inapropiada con otros
hombres. Y Helge era solo un amigo.
Pero, ¿por qué debería dar explicaciones a un hombre que se negaba a
creerle?
Desanimada, Sofía apartó a Colin. Se puso la ropa y salió de la habitación a
pesar de las protestas de Colin.
Cuando llegó a las escaleras, escuchó un fuerte ruido en el dormitorio.
Se detuvo por un momento pero luego salió de la villa sin mirar atrás.
Ella no pudo regresarle sus favores recientes.
Pero cuando tuviera la oportunidad, definitivamente le pagaría a él y a sus
padres.
En el dormitorio de la villa de Colin.
Colin arrogó violentamente la lámpara de noche contra la pared, y se
rompió en pedazos.
Sacó su teléfono móvil y llamó a Helge. —Helge, quiero que vengas de
inmediato.
Pero en lugar de Helge, Shelly respondió a su llamada.
—Hermano, ¿qué pasa?Al escuchar su voz, Colin reprimió su furia: —¿Dónde está Helge?
—Él... —Se está bañando.
—¿Qué estás haciendo con ése mujeriego? Vete a casa. Helge es un canalla.
¡No lo vuelvas a ver!
La ira de Colin sorprendió a Shelly.
¿Por qué estaba tan furioso? Ella nunca había visto a Colin perder su
temperamento así.
—Colin... ¿Qué pasó?
—Estoy bien. No te preocupes Pero necesitas irte ahora.
Shelly hizo una pausa. —Bueno.
Colin colgó el teléfono y caminó por la habitación. Corrió al armario para
vestirse y se fue.
Afuera estaba tranquilo. Sofía caminó lentamente a lo largo de la carretera,
y reflexionó sobre los acontecimientos recientes.
De repente, comenzó a llover. Sofía se detuvo y miró la lluvia bajo la tenue
luz. El día que ella fue a la cárcel, estaba lloviendo así.
Hacía tres meses cuando salió de la cárcel también llovía.
Por eso ella odiaba la lluvia.
Sofía se sintió fracasada. No podía encontrar a su hermano pequeño, al
asesino de su madre, a Paulo, ni a Dolores. Era imposible encontrar la evidencia
para probar que era inocente.
En cuanto a los que la ayudaron... Si no podía responder a ellos, estaría
mejor muerta.
Conduciendo su Porsche, Colin siguió la figura solitaria de Sofía.
Pensando en el pasado de ella, golpeó el volante con frustración y
accidentalmente hizo sonar el claxon.
El repentino pitido interrumpió el silencio de la noche, pero Sofía siguió
inmersa en sus pensamientos. Ella siguió caminando y se sentó en el banco de un
jardín cercano.
Mamá, ¿estás bien en el cielo?
¿Sabes cuánto te extraño?
Mamá, por favor, dame fuerzas para que pueda encontrar al asesino que te
mató. Quizás algún día también pueda encontrar a Alejandro.
Mamá, me siento muy mal.
¿Por qué me odia tanta gente? ¿Por qué me incriminaron?
¿Por qué?
Ella inclinó la cabeza mientras lágrimas calientes corrían por su rostro.
Pero fue afortunada de tener otra madre que la cuidó bien. Mamá, gracias
por bendecirme con mi suegra, la tía Wendy, que es muy buena conmigo.Sofía estaba desconcertada cuando apareció frente a ella un de zapatos de
negros de piel.
Levantó la cabeza y descubrió que era Colin.
Odiaba cuando la gente veía su lado débil. Se secó las lágrimas a toda prisa,
se levantó y salió del jardín.
—Sofía. —Colin la llamó.
Sofía se detuvo, pero no se dio la vuelta. —Lo siento, me tengo que ir.
Dijo Sofía con lágrimas en los ojos. Después de esto, ella comenzó a
caminar más rápido.
Todos la odiaban. Tal vez ella debería dejar de existir...
Sus palabras lastimaban a Colin. Obviamente, ella había sido
incomprendida.
El aceleró sus pasos y la agarró de la muñeca, tirando de ella hacia sus
brazos.
Él no la dejó ir a pesar de sus violentas protestas.
Tal vez se sintió agotada, porque dejó de luchar. Apoyó la cabeza en su
hombro en silencio y ella dejó de llorar

ENAMORADA DE COLIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora