cap [48]

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Complicado

—Mamá, quiero visitar la tumba de mi madre en el cementerio esta tarde.
La sonrisa de Sofía se desvaneció al pensar en su familia.
Wendy tomó la mano de Sofía y la atrajo hacia ella. —Sofía, tu suegro ha
estado buscando a tu hermano recientemente. Aparentemente alguien le ha visto
en el País C, pero ya se había ido cuando nuestros hombres llegaron ahí.
Sofía se sintió un poco triste. Levantó la cabeza y contuvo las lágrimas.
—Y la investigación de la muerte de tu madre se está complicando un poco.
Enviamos a unas personas al cementerio para que la investigaran, y el colapso
fue causado por alguien. La pista lleva a varias cosas. ¡Te informaré tan pronto
en cuanto tengamos los resultados! —Uno no podría reclamar nada sin tener
pruebas.
—Finalmente, también hemos enviado personas para investigar el accidente
de tu padre. Fueron al vecindario en el que solías vivir. El guardia de seguridad
dijo que recordaba haber visto a varios hombres entrar a tu casa, después de eso,
tu padre... enfermó. Pero el vídeo de vigilancia ya ha sido destruido. —La
tragedia del Clan Lo fue definitivamente causada por alguien.
Con un parpadeo en sus lágrimas, Sofía asintió. —Gracias, mamá....
—Ni lo menciones, somos una familia. No llores Sofía. Tu suegro también
te apoyará. ¡Seguirá enviando gente para investigar la muerte de tu madre hasta
que encontremos al asesino!
—No estoy llorando, mamá. —Sofía tomó el pañuelo que Wendy le dio y se
secó sus lagrimas.
Angie y Harold acababan de despertarse de la siesta cuando Sofía salió de
la habitación. Se alegraron de ver a Sofía. —¡Sofí!¿Cuándo llegaste?
Al acercarse a ellos, Sofía tomó la mano de Angie y sonrió: —Abuelo,
abuela, acabo de llegar.
—¡Eso es bueno!¿Volvió Colin contigo? —Bajaron y conversaron.
—Él también ha vuelto. Pero tiene mucho trabajo que hacer en la empresa.
Volverá cuando su trabajo esté terminado.
—¡Ese mocoso!No le importa nada más que trabajar. ¡Sofí, su principal
prioridad es tener un hijo!Tu mamá siempre quiere un nieto.Sofía hizo una pausa. —Por supuesto, abuela. —¿Por qué todo el mundo
estaba hablando de tener un hijo?
Como prometió Colin, un conductor llegó a recoger a Sofía por la tarde.
Sofía se despidió de los ancianos y se fue al cementerio.
Colin había ordenado un Maybach negro para ella. Al ver el auto, Sofía
abandonó inmediatamente la idea de conducirlo ella misma. Tenía miedo de
rayar el costoso auto con sus habilidades de conducción.
El conductor dejó a Sofía en el cementerio a las afueras de la ciudad y la
esperó junto al auto.
Sofía llevó un ramo de lirios blancos con ella. Sosteniendo las flores en sus
brazos, fue a la tumba de Julieta.
La lápida había sido limpiada, y se encontraba colocado un retrato de
Julieta. Ella estaba sonriendo amablemente a Sofía en la foto.
—Mamá... —Sofía estalló en lágrimas. Sollozando, se arrodilló frente a la
tumba de Julieta.
—Lo siento mamá. Me tomó mucho tiempo visitarte... Debes haber estado
muy sola ahí abajo... Te extraño mucho mamá....
Después de pasar una hora en la tumba de su madre, Sofía se secó sus ojos
hinchados con el dorso de la mano y se levantó.
—Mamá, cuídate. Vendré a visitarte más.
Mamá, por favor guíame para encontrar al asesino y a mi hermano pronto.
Yo te vengaré a ti y a papá....
Después de regresar a la ciudad, Sofía también visitó el hospital que Yonata
había reservado para Jay Lo.
Cuando ella llegó, su padre estaba en el jardín. Tomando el sol, estaba
hablando con un pájaro. —Sofía, Sofía, Sofía...
Sofía se paró detrás de él y cubrió su boca mientras las lágrimas corrían por
su rostro. Ella se ahogó con sollozos silenciosos al ver a su padre llamándola por
su nombre a pesar de su enfermedad.
—¿Qué puedo hacer por usted? —La enfermera que cuidaba a su padre no
la reconoció. Sorprendida por sus lágrimas, le preguntó tentativamente.
Sofía se secó las lágrimas. —Hola. Este es mi padre.
Señaló a Jay Lo y se presentó.
Se dio cuenta de las intenciones de la enfermera: —¿Es Sofía o Alejandro?
—¿Cómo sabe usted nuestros nombres?
—Desde que su padre ha estado en recuperación, él sigue diciendo estos
nombres. Supuse que eran sus hijos.
Sofía bajó la cabeza y agradeció a la enfermera mientras se ahogaba con
lágrimas: —Muchas gracias por cuidar de él...—No lo mencione. Vaya a pasar tiempo con su padre. Está en buena forma
estos días, ¡hable con él!
—Le agradeceré.
La enfermera señaló un arroyo que no estaba muy lejos. —Esperaré ahí. Si
necesita algo, sólo llámeme.
—¡Gracias!
La enfermera los dejó solos. Sofía se puso delante de Jay, que aún estaba
jugando felizmente con el pájaro. —Sofía... Alejandro... ¿Eres Sofía o
Alejandro?
Tenía una sonrisa tonta en su rostro, pero su estado era mucho mejor que
cuando estaba en el Hospital Psiquiátrico de JZ.
Gracias a sus suegros...
Agachándose frente a Jay, Sofía tomó su mano suavemente. —Papá, Sofía
está aquí.
Pero Jay no respondió a sus palabras en absoluto. Era como si él no pudiera
oírla.
—Papá, es Sofía... Mírame... —Esta vez, sus palabras llamaron su atención.
Jay desvió la mirada del pájaro y la miró a ella.
Él la miró extrañamente. —¿Quién eres? ¿Por qué me tomas la mano? —
Con una mirada asustada, apartó su mano.
A Sofía le dolía el corazón al verlo. ¿Cómo podría tal tragedia golpear a su
familia?
Sus seres queridos estaban muertos y los que vivían sufrían. Ella no tenía ni
idea de cómo averiguar quién lo hizo...
—Papá, soy Sofía.
Jay se rio. —¡Estás mintiendo! ¡Sofía no se parece a ti! Mi Sofía es la más
linda. ¡Tú no eres linda, estás llorando!
Sofía se limpió las lágrimas y trató de sonreír: —Papá, ¿cómo me veo
ahora? ¿Soy tu linda hija?
Los ojos de Jay de repente se llenaron de lágrimas. Él asintió y mantuvo sus
ojos fijos en ella. —Sofía, Sofía... ¿Eres tú?
—¡Soy yo!¿Papá? ¿Me reconoces? —Gratamente sorprendida, los ojos de
Sofía se agrandaron mientras miraba a su padre.
—Jaja, ¡eres una mentirosa! ¡Mi Sofía está ocupada! ¡Tanto ella como
Alejandro están en la escuela ahora! —Jay regresó instantáneamente a su estado
anterior de locura. Aventó las manos de Sofía y continuó silbando a los pájaros.
Sofía no obligó a su padre a reconocerla una vez más. Con los ojos llorosos,
ella siguió las instrucciones de la enfermera para contarle los momentos felices
de su familia.Más tarde, Jay corrió hacia el arroyo, brincando y saltando. —¡Pescado!
¡Voy a pescar algo!
Sofía rápidamente lo agarró antes de que saltará al agua. —¡Papá!El agua
está muy fría. ¡No puedes entrar ahí!
Jay la golpeó en el hombro y la miró con enojo. —¡Mala! ¡Eres una mala
persona! ¡A mi hija le gustan las peces! ¡Eres una mala persona! ¡No me dejarás
pescar para Sofía!
Sofía estalló en lágrimas de nuevo.
A pesar de su locura, su padre recordó que su comida favorita era el
pescado.
Llamó a la enfermera para ayudarla a llevar a Jay de vuelta al jardín.
Después de que ella le dio un beso de despedida a su padre, Sofía se fue a
buscar a su médico de cabecera. En el ascensor, vio dos caras conocidas, Dolores
y Paulo.
¿Qué estaban haciendo ahí? Paulo aún tenía su brazo con un yeso colgando
de su cuello. Presionó el piso 16. Sofía vio que era el piso de ginecología y
obstetricia.
De pie en silencio en la esquina, escuchó a Dolores decir: —Cariño,
¿quieres un niño o una niña?

ENAMORADA DE COLIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora