cap [34]

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¿Qué hay entre el Sr. Li y la Srta. Lo?


De acuerdo con las normas de la empresa, todos los empleados debían tener
al menos licenciatura.
Por supuesto, Sofía tampoco era una graduada universitaria, pues Wendy
había encontrado la manera de hacer las reglas más flexibles para ella, por ello,
él había decidido no investigar más a fondo los antecedentes de Jimena, quien
ahora se encontraba parada en el borde de un acantilado.
—Fue el Sr. Chu, gerente de recursos humanos. —Así que de eso se trataba.
Ella se había aprovechado de la debilidad del Sr. Chu por las chicas jóvenes y
bonitas.
—Jimena, ¡está despedida! ¡Empaque sus cosas y váyase de inmediato! —
La orden de Colin pareció robarse el aire de la habitación. Las rodillas de Jimena
se debilitaron.
A pesar de la presencia de las otras personas en la sala, comenzó a rogarle a
Colin de inmediato. —Por favor Sr. Li, ¡sólo deme otra oportunidad!
Ser secretaria personal del CEO del Grupo SL era, de hecho, un trabajo
deseable, con un alto grado de prestigio y un buen salario.
Si perdía ese empleo, ¿qué haría después? Sería casi imposible encontrar
algo tan bueno.
Colin sintió aversión cuando ella le tomó la mano y comenzó a rogarle, de
modo que se alejó rápidamente. —¿Quiere quedarse aquí?
—¡Sí, Sr. Li, trabajaré más duro en el futuro, lo prometo!
Jimena levantó las manos y juró. Ella solía creer que Colin la veía diferente
respecto a otras mujeres, pero ahora estaba empezando a dudarlo.
—De acuerdo. Srta. Lo, venga conmigo.
Confundida, Sofía se les acercó. ¿Qué quería él ahora?
—Sr. Li.
—Srta. Lo, necesito que le dé una lección a la señorita Chiao. Necesito que
la enseñe a tratar con otras personas.
—Ummm... —Sofía estaba aturdida. ¿A dónde quería llegar?
Jimena también estaba confundida. Ninguna de las dos entendía a lo qué se
refería Colin—¿Jimena dijo o no que usted me sedujo? ¿Bien? ¿Es eso verdad? —Colin
miró a Sofía directamente a los ojos y casi le hizo un guiño.
Sofía apretó la mandíbula y lo negó firmemente. —¡Por supuesto que no!
Colin no estaba nada contento con lo que acababa de escuchar. Aún así,
continuó hablando. —Sofía, quiero que le devuelvas a Jimena la bofetada que te
dio hace unos días. Como secretaria del Grupo SL, debes aprender a darte a
respetar.
...
En la oficina reinaba el silencio. ¡Esta era la culminación del plan de Colin!
Helge no pudo evitar sonreír para sí mismo. ¡Así que este había sido su plan
desde un principio!Ayudar a Sofía a vengarse de Jimena.
Sofía sostuvo la imperturbable mirada de Colin. Aquello la había tomado
por sorpresa.
¿Acababa de decir que ella debía devolverle la bofetada a Jimena?
—Bueno, vamos. ¿Qué está esperando? —la urgió él con impaciencia.
Los ojos de Jimena estaban muy abiertos, estaba aterrorizada por lo que se
avecinaba. Ella volvió a rogar. —Sr. Li... Sr. Li, sé que lo que hice estuvo mal.
Estoy muy muy apenada. Prometo que no volverá a pasar.
—Sofía, deja de desperdiciar mi tiempo. Castígala. —Colin miró a la
vacilante mujer con ternura y decepción.
Entonces Sofía apretó la mandíbula y alzó la mano. ¡PLAF! Sofía abofeteó
a Jimena en la mejilla con la parte carnosa de su palma.
—¡Ah! —Jimena se sobresaltó de dolor y se cubrió la cara con las manos.
No se atrevió a hablar.
Colin miró a Sofía, quien se frotaba las manos, con una expresión de
satisfacción en su rostro. —Srta. Lo, ¿qué hizo? ¿Ya la abofeteó?
—¿Eh? —Perpleja, ella lo miró. ¿Qué no la había visto haciéndolo?
—Yo no escuché nada, así que no cuenta.
...
Jimena casi se tiró a los pies de Colin. —Sr. Li, sé que es mi culpa, lo sientomucho. Sr. Li, por favor.
—Tú elige, ¿el trabajo o este castigo? —Colin habló de manera suave y
directa, y Jimena dejó de lloriquear de inmediato. Se mordió el labio inferior y
ya no habló, simplemente cerró los ojos y se preparó para el siguiente golpe.
—Srta. Chiao, si promete no volverlo a hacer...
Sin embargo, cuando vio la mirada de advertencia y un gesto amenazador
en los ojos de Colin, Sofía rápidamente se mordió la lengua. Una vez más alzó la
mano y abofeteó a Jimena con todas sus fuerzas. Su mano regordeta aterrizó
directamente sobre la suave y blanca mejilla de Jimena.
Las demás secretarias guardaron silencio. Parecían estar conteniendo la
respiración.
Al fin y al cabo, ¿cuál era la relación entre el Sr. Li y la Srta. Lo? Era obvio
que había al menos algo de cierto en los rumores.
Colin inmediatamente lanzó una mirada helada a las otras personas en la
habitación. —De ahora en adelante, si esto llegara a suceder de nuevo, ¡la
primera persona en lanzar un golpe será despedida de inmediato!
—Sí, señor —respondieron las secretarias. Su orden fue recibida sin chistar.
Colin salió de la oficina de las secretarias sin volverse, y Helge se acercó a
Sofía. —Caray, Sofía, ¿quién necesita un novio? La próxima vez que tengas un
problema con una chica como esta, simplemente devuélvele la bofetada. Todo lo
que hagas recibirá un *'Vo.Bo.', según creo. *Nota del Editor: Vo.Bo.=Visto
bueno, Aprobado. Buena chica, maldita sea.
El rubio Helge silbó y salió casualmente de la habitación.
Sofía lo miró mientras salía, incapaz de decir algo.
Jimena se cubrió el rostro, las lágrimas goteaban por su barbilla. No se
atrevía a culpar a Colin por la paliza. Había sido su culpa.
Sofía rápidamente terminó algunas tareas y se dirigió a la oficina del
consultor privado.
Helge no estaba allí, así que se sentó en una silla a esperarlo en su oficina.
Todavía aturdida, no podía entender por qué Colin la había ayudado.
Él había expresado abiertamente su antipatía por ella, incluso la había
llamado 'disoluta' ¿Por qué él, que estaba tan ansioso por divorciarse de ella, de
repente cambiaba de parecer y la ayudaba?
Ella estuvo pensando en eso durante mucho tiempo, pero no pudo
entenderlo. Entonces sacó una pluma y una copia del reglamento de la compañía
y comenzó a escribir.
Para la hora del almuerzo, el rumor de que Colin estaba casado ya se había
extendido por toda la compañía.
Al oírlo, algunas mujeres incluso lloraron.El amor platónico de todas estaba ahora arruinado por las palabras de Sofía.
Por supuesto, debido a lo que le había hecho a Jimena, de repente Sofía se
había convertido en la enemiga de todas.
Todavía enojada, Jimena no hizo otra cosa que hablar mal de ella a sus
espaldas. Después del episodio de las bofetadas, no se atrevió a volver a
desafiarla abiertamente.
Por la tarde, Colin se encontraba en su oficina cuando Wade llamó a la
puerta.
—Sr. Li.
—¿Sí, qué es eso? —Colin miró el documento que tenía delante y luego se
volvió hacia Wade.
—Los resultados de la investigación privada son los siguientes: El Sr, Chu
ha tenido, de hecho, problemas con el personal femenino. Ha tratado
rutinariamente de aprovecharse de ellas cuando solicitan licencia.
¿Había sido por ello que Sofía no había solicitado permiso la última vez?
Colin frunció el ceño. —¿Las otras empleadas no solicitaron licencia a sus jefes
de departamento? ¿Por qué tuvieron que ir con Omar?
Los permisos de ausencia originalmente eran aprobados por el
departamento de las secretarias, sin embargo, debido a que la compañía acababa
de establecerse, dicho departamento se había visto rebasado y, de momento,
habían transferido dicha responsabilidad a recursos humanos.
—Parece que el Sr. Chu ha estado aprovechándose del proceso de solicitud
de licencias para coaccionar al personal femenino. Si se negaban a hacer lo que
él decía, les negaba el permiso.
Colin golpeó su escritorio con una pluma.
—¿Por qué nadie dijo una palabra de esto? ¿Por qué nadie me vino a ver al
respecto? —Esto incluía a Sofía. ¿Había cedido a las propuestas de Omar?
Wade continuó: —Una empleada del departamento de diseño intentó
presentar una queja, pero parece que Omar la descubrió antes de que pudiera
hacerlo. Al parecer, la amenazó en privado. La empleada tenía tanto miedo que
solicitó un permiso de varios días antes de volver al trabajo.
Si no fuera por el salario y los beneficios que ofrece el Grupo SL, creemos
que probablemente habría renunciado.
Colin estaba furioso. —¿Tenemos alguna evidencia?
—Oh sí. Hemos hecho que más de una docena de empleadas graben su
testimonio. —Wade sacó una grabadora digital y se la dio a Colin.
Los ojos de este último lucían pesados y sombríos. —Llame a la alta
gerencia para una reunión de emergencia. Los quiero aquí en 20 minutos.
—Sí Sr. Li.—Puedes irte ahora. Manda a Sofía Lo a mi oficina.
Wade salió de la oficina de inmediato.
Sofía, frotándose la muñeca adolorida, llamó a la puerta de la oficina de
Colin.
—¡Adelante!
Ella abrió la puerta y entró. En el interior, Colin se encontraba al final de la
habitación, mirando por la ventana a la ciudad que se extendía a sus pies.

ENAMORADA DE COLIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora