cap [14]

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¡Esta fulana no es digna!

Sofía luchó por liberarse de su agarre. Recogió el contrato de la mesa y
finalmente, ¡se rindió!
—Si no estás dispuesto a firmar el contrato, ¡entonces olvídalo! —Justo
cuando ella había guardado el contrato en su bolso, el hombre se lo quitó y lo
tiró sobre una silla.
Después empujó con brusquedad a Sofía hasta un sofá y se le subió encima.
Paulo la besó en los labios a la fuerza, y no la dejó ir hasta que ella lo
mordió brutalmente.
Entonces él comenzó a acariciar su cuerpo. Sofía tomó sus manos y dijo. —
¡Paulo, detén tus actos bestiales, o haré que lamentes tus acciones durante toda
tu vida!
—Estoy arrepentido, Sofy. ¡Vuelve conmigo! —Paulo le besó la oreja, y se
volvió aún más licencioso.
Sofía luchó, pero no era tan fuerte como él, y no logró moverlo en absoluto.
¿Quién podría salvarla? ¿Colin? Ni en sueños. ¡Él no podía esperar a tener
una prueba de su infidelidad, ¡lo que le daría una razón para divorciarse de ella!
Las lágrimas corrían por sus mejillas. ¿A quién recurrir?
—¡Paulo! —Ella dejó de resistirse y le gritó con frialdad.
Él continuó besándole los hombros y no respondió.
—¡Si te atreves a tocarme, lucharé hasta la muerte! —¡Lo decía en serio!
¡Ella, Sofía, preferiría morir antes que convertirse en la amante de alguien!
A Paulo no le importaron sus palabras y continuó.
Ella lo empujó más fuerte. Paulo nunca pensó que ella tuviera tanta fuerza,
ya que cayó al suelo.
Sofía aprovechó la oportunidad para levantarse del sofá y correr hacia la
puerta, Entonces sintió que tiraban de su cabello. Paulo la había atrapado. Ella
cerró los ojos por el dolor.
Paulo estaba completamente fuera de control y la lanzó contra el suelo.
De pronto, alguien tocó la puerta. —Auxilio... —Sólo hasta entonces
intentó gritar, pero él no le dio oportunidad y le tapó la boca con las manos.
Ella intentó gritar una vez más, pero su voz salió como un murmullo.Entonces consiguió apartar una de sus manos y gritó. —¡Auxilio!Auxilio... —
Auxilio...
Seguían tocando a la puerta. Paulo rugió. —¿Quién? !
—Señor, soy el camarero de las habitaciones privadas. ¿Desea ordenar
algo? —dijo el camarero en voz baja.
Paulo arrancó la blusa de Sofía. —Ahora no. Sólo espera.
Sofía lamentó haber comprado esas ropas de mala calidad. Se desgarraban
con suma facilidad.
Ella trató de cubrir su cuerpo con sus manos para defenderse de él, y tuvo la
oportunidad de morderlo en la mano. Él dejó de besarla al sentir un dolor
punzante.
—¡Auxilio! ¡Que alguien me ayude!
—Sofía, Sofía, no llores. Déja que te acaricie con cariño, ¿está bien? —dijo
él en voz baja. Entonces volvió a taparle la boca en caso de que ella tratara de
morderlo de nuevo.
Sintiéndose sola, vulnerable y completamente indefensa, Sofía gritó. ¿Su
vida terminaría aquí?
Cerró los ojos, las lágrimas corrían por su rostro.
En ese preciso momento, alguien forzó la puerta y entraron tres personas.
Sofía abrió los ojos, y al ver a la mujer parada enfrente de ella, sintió la
oscuridad de la muerte.
La presencia de Dolores había borrado su deseo, así que Paulo se quitó de
encima de Sofía.
—Dolores, no es lo que parece. Era ella quien intentaba seducirme...
—¡Plaf! —Paulo recibió una fuerte bofetada en la cara.
Con expresión de desagrado, Dolores se frotó la mano derecha.
Haciendo caso omiso del asustado hombre, caminó hasta donde estaba
Sofía, quien se había acurrucado en una esquina.
Después la pisoteó brutalmente. Una fuerte patada con su zapatilla de tacón
alto fue a dar en la espalda arqueada de Sofía, quien se retorció de dolor. Sentía
como si sus huesos se hubieran roto.
Lanzando su costoso bolso a las dos mujeres que estaban detrás, Dolores
levantó a Sofía y la abofeteó.
—¿Te atreves a tratar de seducir a mi marido? ¡Te mataré hoy mismo!
¡Maldita vampiresa!
Sofía consiguió agarrar uno de los brazos de Dolores y lo mordió con
fuerza. Dolores palideció de dolor.
—Suéltame... ¡Eso duele!
Al ver eso, las dos mujeres detrás de Dolores se apresuraron a hacer a Sofíaa un lado, entonces comenzaron a golpearla cuando se volvió a acurrucar en el
piso.
Golpes y patadas cayeron implacables sobre Sofía, y ella no tuvo
oportunidad de devolverles el golpe.
Colin, acompañado por Carla y Serena, abrió la puerta y contempló esa
horrible escena.
Al ver a la mujer desmadejada en el suelo, no sintió repugnancia, ¡sino que
sintió que su corazón se encogía!
—¡Deténganse! —ordenó fríamente. Al oírlo, las mujeres se dieron la
vuelta al mismo tiempo.
—¿Quién eres tú? —Dolores nunca había visto a Colin antes, así que no lo
reconoció.
Paulo se echó las gafas hacia atrás y dijo con calma. —¡Sofía, no te atrevas
a intentar seducirme la próxima vez! De lo contrario, ¡llamaré a la policía!
Colin podía sentir cómo la ira crecía dentro de su pecho. Alejó a las tres
mujeres de Sofía y rápidamente cubrió con su abrigo a la mujer temblorosa que
yacía en el suelo.
Al ver que Colin la levantaba, los celos corrieron al rojo vivo por las venas
de Paulo. —Sr. Li, ¡haga favor de enviar a otra persona a negociar sobre la
alianza con el Grupo Lien! ¡Esta fulana no es digna!
Colin le lanzó una mirada fulminante, y Paulo se asustó tanto que se calló
de inmediato.
—¿Usted es Colin? —Al darse cuenta de quién era, la actitud de Dolores
cambió súbitamente. ¡Colin era el soltero disponible más popular del momento!
Al sentir el cuerpo tembloroso de la mujer que sostenía en sus brazos, Colin
apretó los puños. —Sr. Tai, después de que descubra lo que pasó aquí, ¡sin duda
le pediré una explicación!
Al escuchar esas palabras, Paulo comenzó a sudar frío.
—Bien, Sr. Li, confío en usted. Esta mujer intentó seducirme cuando supo
que estaba comprometido. Ahora que ya estoy casado, ¡ha seguido insistiendo!
¡Tiene que despedirla! —Colin ya le había advertido a Paulo que no hablara
sobre su matrimonio.
Al escuchar esas palabras, la mujer a la que Colin sostenía tembló más
severamente. Colin se dirigió a la puerta llevando a Sofía en sus brazos. —Sr.
Tai, creo que podemos hablar de la alianza más tarde si es necesario.
Después de decir eso, salió de la habitación privada con sus secretarias y no
le dio oportunidad a Paulo de decir una palabra más.
Colin sostuvo a Sofía mientras entraba en el ascensor, y les ordenó a las
secretarias: —Srta. Chen, vaya y reserve una habitación. La esperaré en el pisode las suites presidenciales. Señorita Tao, vaya, compre un traje de mujer y
envíelo allí.
—¡Sí, señor!
—Muy bien, señor.
Varios minutos después, Colin llevó a Sofía a la suite presidencial. El
camarero les cerró la puerta y abandonó la habitación.
Dentro de la habitación...
Inmediatamente después de que fue colocada en la cama, Sofía se quitó el
abrigo y corrió a la ducha.
Entonces abrió la regadera y se lavó el cuerpo, sin importarle si el agua
estaba o no fría.
Sentado en el sofá, Colin miraba la puerta cerrada del cuarto de baño,
absorto en sus pensamientos.
Además del sonido del agua que corría, también escuchó gemidos muy
débiles provenientes de la ducha.
Se preguntaba si había llegado demasiado tarde

ENAMORADA DE COLIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora