cap 117

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Una visita a la abuela

Selina sonrió y besó a Chano en las mejillas. Gonzalo gritó: "¡Oh, Levi acaba de
besar a mi hijo!"
¿Qué? ¿Qué quiso decir?
Todos empezaron a reírse con la broma de Gonzalo. Selina se dio cuenta de ello
y su cara se enrojeció.
Al parecer, vieron a Levi besándola cuando se despidieron en el aeropuerto.
Tenía sentido decir que Levi había besado a Chano a través de los labios de
Selina, puesto que ella lo besó después de que Levi la besara.
En medio de la risa alegre y escandalosa, Selina se vio envuelta en muchas
preguntas...
Todas eran sobre ella y Levi.
"¡No, no! ¡Están equivocados! ¡No hay nada entre Levi y yo!" Selina tomó a
Chano en sus brazos y se apartó hacia un asiento vacío, negándose a responder
cualquier pregunta sobre Levi.
Después de que el avión aterrizara, Selina encendió su celular. Al minuto,
recibió un mensaje que decía: "¿Llegaste?"
El número del remitente no lo conocía, pero su instinto le dijo que era Levi.
Selina dudó si contestar el mensaje, pero finalmente respondió: "Sí, gracias".
Ella no recibió respuesta de ese número...
En la Mansión de la Familia Li
Después de empacar sus cosas, Sofía se fue a la Ciudad Sha con Colin. Su
abuela vivía en un pueblo cerca de la ciudad. Sofía no la había visto en mucho
tiempo. En el pasado, durante los principales días festivos, Sofía visitaba a su
abuela todos los años. Pero después de lo que le pasó a su familia, ella dejó de ira visitarla durante dos años.
Desde que su abuela perdió la vista, tuvo que quedarse con el tío de Sofía. Sofía
se sintió mal por no haberla visitado en los últimos dos años.
Se preguntaba cómo estaría su abuela y si la esposa de su tío la trataba bien.
Después de todo, a su tía no le gustaba su suegra. Ella no tenía una buena
relación con la abuela de Sofía. Sofía solo esperaba que las cosas estuvieran
bien...
Después de un viaje de tres horas, llegaron al Pueblo de Agua en el Lago
Acuoso, en la Ciudad Sha.
Su llegada atrajo mucha atención. Cuando aparecieron en la entrada del pueblo,
muchas personas mayores y niños que jugaban al aire libre, comenzaron a mirar
fijamente al llamativo y lujoso coche de Colin.
Los aldeanos se murmuraban entre sí, intercambiando ideas sobre las identidades
de estos visitantes, mientras se maravillaban ante el ostentoso coche.
Mientras Colin conducía lentamente hacia el pueblo, algunos niños corrieron tras
el auto. Sofía suspiró con nostalgia al ver la escena. Cuando era joven se crió en
la casa de su abuela. En ese entonces, ella era exactamente como esos niños.
Después de unos minutos, cuando llegaron a una intersección estrecha, Sofía le
dijo a Colin que se detuviera.
Después de estacionar el coche a un lado de la carretera, todos los residentes se
amontonaron con emoción.
Sofía desvió la mirada cuando se bajó del coche. Se sentía avergonzada ante la
mirada maravillada de los aldeanos, la hacía sentir como si estuviera exhibiendo
la riqueza que había ganado recientemente. Después de sacar los regalos del
maletero, caminó para llevar a Colin a la casa de su tío.
De repente, una voz familiar la detuvo. "¡Sofía Lo! ¡Eres Sofía Lo! ¡Oh, Dios
mío! ¡Mira, mamá, esta es Sofía!"
Sofía reflexionó un momento. Si no estaba equivocada, era Baez Li, su
compañera de clase en la secundaria, una chica que siempre la acosaba en laescuela.
Sofía se dio la vuelta y vio a una mujer muy maquillada que llevaba una
chaqueta roja de plumas. De hecho, la voz familiar era de Baez.
No había visto a esa chica durante siete u ocho años. Como estaban en público,
Sofía sonrió a Baez.
Baez se tapó la boca impactada. Ella apretó rápidamente la mano de su madre.
"Mamá... Oh, Dios mío. ¡Esa hermosa mujer realmente es Sofía Lo!"
"¿Sofía? El hombre que está con ella debe ser su marido. ¡Es tan atractivo! ¡En
nuestro pueblo no hay chicos tan guapos!"
"Por supuesto que no. Recuerdo que Sofía era muy gordita cuando era joven.
¿Cómo se ha puesto tan delgada y atractiva?"
"¡Oh, alguien del clan Lo ha regresado por fin!"
Sofía se quedó callada.
Colin esperó hasta que ella se volvió hacia él. "¿Amiga tuya?"
Sofía negó con la cabeza. En lugar de ser una amiga de la infancia, Baez era más
como una acosadora para ella. Todavía podía recordar a Baez metiéndose con
ella en el pasado.
En ese momento, una anciana se les acercó. "Sofía, ¿estás aquí para visitar a tu
abuela? ¡Hay que darte prisa!"
Sofía la reconoció como la anciana que vivía junto a la casa de su abuela. Sofía
saludó: "Abuela Wang".
La abuela Wang era unos años más joven que la abuela de Sofía. Ella se alegró
cuando escuchó el saludo de Sofía. "¡Sofía, no has venido durante mucho
tiempo!"
Sofía cogió una caja de regalos y se la entregó a la abuela Wang. Cuando ella era
una niña, la señora Wang a menudo le preparaba comida deliciosa.Colin siguió el saludo de Sofía y dijo: "Abuela Wang".
Era la primera vez que la abuela Wang veía a un hombre tan elegante llamándola
«abuela». Ella sonrió y le preguntó: "Sofía, ¿es tu marido?"
Sofía asintió y le dio el regalo a la abuela Wang. "Abuela, por favor, toma este
pequeño regalo".
La abuela Wang lo rechazó y lo apartó el regalo. En un tono urgente, dijo:
"Sofía, no necesito esto. ¡Date prisa y ve a ver a tu abuela!"
La abuela Wang dejó escapar un profundo suspiro.
La sonrisa de Sofía se congeló. Parecía que algo malo le había pasado a su
abuela...
Rápidamente puso el regalo en las manos de la señora Wang y arrastró a Colin a
un pequeño callejón.
Caminaron por el callejón hasta un patio recóndito. Al final, llegaron a una
entrada de dos puertas, una de las cuales estaba rota y apoyada contra la pared
que había detrás de ella.
Temblando, Sofía agarró con fuerza la mano de Colin y abrió la puerta.
Según recordaba, el patio de su abuela estaba lleno de huertos de verduras y
árboles altísimos. Pero ahora no había nada más que un terreno baldío dentro de
las paredes.
Un lavabo de hierro oxidado y una lavadora semiautomática rota estaban tirados
en el patio, deteriorándose por la exposición al viento y al sol.
Al lado había un gallinero que solía tener pollos, pero ahora estaba cubierto de
musgo...
De repente, Sofía perdió el valor para entrar.
Colin la tomó en sus brazos y la besó en la cabeza. "Sofía, ¿qué pasa?"
No sabía cómo había estado ese sitio, pero ahora parecía un depósito dechatarra... Estaba tan deteriorado que nadie creería que alguien vivía ahí.
"Colin... ¿Por qué se ve así?" Sofía sollozó.
Pensando en su abuela, dio un paso adelante y aceleró para entrar.
Las cuatro habitaciones de azulejos en ruinas era aún más trágico de ver. A Sofía
le dolía tanto el corazón que le costaba respirar.
Ninguna de las puertas estaba cerrada con llave y la puerta abierta conducía a la
habitación de su abuela.
De repente se volvió hacia Colin. "¡Espera aquí!"
Sofía temía que estuviera peor por dentro. Y Colin se desconcertaría al ver la
escena.
Colin frunció el ceño y tomó su mano, tirando de ella a través de la puerta
abierta.
La habitación estaba vacía. Un ataque de tos se podía escuchar desde lo más
profundo de la habitación.
"¡Abuela!" Sofía soltó la mano de Colin y se apresuró a entrar.
La pequeña habitación estaba impregnada de un olor mohoso. Una anciana
delgada tosía en la cama, con una mano en su corazón.
Junto a ella habían cuencos sucios, un panecillo seco a medio comer y un vaso
lleno de manchas.
Sofía estalló en lágrimas al verlo. "¡Abuela!" Corrió hacia la cama,
arrodillándose frente a la anciana.
Pensando que estaba alucinando, su abuela mantuvo los ojos cerrados

ENAMORADA DE COLIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora