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—¿Ya pensaste en cómo le vas a hacer para venir a mi fiesta? —pregunta Minji.

Como ya terminó nuestro día en la preparatoria, nos dirigimos a casa de Beomgyu para ensayar con la banda que tenemos hace unos meses.

El día de hoy, mi mejor amiga por fin cumple los 18 años. Tengo un poco de celos ya que a mí me faltan varios meses.

La fiesta está prevista para mañana, puesto que es viernes. Los padres de Minji son más bien del tipo despreocupado y suelen darle bastante libertad, esta vez incluso se pasaron dejándole la casa por una noche y yendo a un hotel.

Si, digamos que estaba pensando en omitir esa parte a mi madre.

—No creo que mi madre deba saber que es una fiesta, ni siquiera sabe que es tu cumpleaños.

—¿Bromeas? —dijo sacando su teléfono del bolsillo trasero de sus jeans—Ya me envió como cinco mensajes por Facebook—desbloquea la pantalla y me la nuestra.

Efectivamente mi madre ya la había felicitado y enviado cuatro imágenes cursis con frases sacadas de internet.

Escondo mi rostro entre mis manos con frustración y dejo salir un gemido lastimero.

—¿Por qué tuviste que aceptarle la solicitud de amistad?, es tu culpa—le reprocho a la pelinegra.

—¿Crees que hubiese podido ignorarla? Tu mamá da miedo. Y si, tiene razón.

—¿Le pedirías a tu madre que mienta por mí? —sonrío con inocencia.

—Ja, claro, como esa vez que intento mentirle para irnos de campamento y tu mamá nos siguió hasta el monte. Estaba tan enojada que creí empujaría a mamá por el acantilado. Acéptalo, Haerin, no podemos engañarla de esa forma.

—¿Y qué sugieres? —me cruzo de brazos esperando que mi brillante amiga pueda sacarme de esta situación.

—¿Podrías intentar escaparte?

—Ja, muy graciosa, Min—ante mi negativa, la pelinegra ríe.

—Pues no sé, amiga. Creo que tal vez deba enviarte fotos de la fiesta— hago un puchero pensando en que tiene razón.

Hemos llegado a la casa de Beomgyu, por lo que me dispongo a tocar la puerta, pero Minji me sorprende sacando un par de llaves.

—¿Qué estás...? —inserta una de las llaves en la puerta y se abre.

—Beom dijo que podía tener una llave para cuando veníamos.

—Claro, seguro que no la usas para hacerle visitas nocturnas...—digo en voz baja.

—¡Eso fue solo una vez! —grita.

—¿Qué fue solo una vez? —Beomgyu se hace presente entre nosotros, con la guitarra en mano. Su cabello largo esta suelto y lleva unos jeans normales y una camiseta negra.

—Nada, Beomgyu. Vamos a ensayar—Minji se abre paso entre nosotros y se apresura a la sala de Beomgyu, la cual convertimos en nuestro lugar de ensayo después de sacar algunos muebles.

La mirada de nuestro amigo sigue a mi amiga mientras esta camina por su casa, como ya es costumbre.

No estoy muy segura de que fue lo que pasó entre esos dos más allá de que Minji me confesó haber perdido su virginidad con él, no sé si han vuelto a tener ese tipo de acercamientos o no, pero puedo decir que claramente Beomgyu tiene un enamoramiento por la pelinegra.

—¿Cómo estas? —pregunto acercándome

—Bien, Haerin—responde él—¿De qué hablaban que la florecita se puso así?

Hidden Love - Choi YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora