Hidden Love - Choi Yeonjun

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Ver esta maldita película fue una idea terrible como todas las que suelo tener, no aguante ni la mitad hasta que le rogué a ellos que me dejen cambiar a ver Bob Esponja.

Me sostuve de Minji todo el tiempo pero no era de mucha ayuda que también parecía asustada, el único más o menos normal era Yeonjun pero hasta a él lo veía teniendo pequeños espasmos de vez en cuando.

Sin duda, Bob Esponja es mejor.

El terror está sobrevalorado.

Íbamos por el quinto episodio cuando sentí que Minji se había quedada dormida en mi hombro, así que la puse delicadamente sobre el sofá porque me había dado hambre de nuevo y la pizza sobrante la dejé en la cocina hace un rato. Reviso a Yeonjun y también se había quedado dormido.

Veo la hora en la cocina y apenas son las 10, normalmente Minji y yo vemos la tele hasta mucho más tarde, pero tal vez no descanso luego del ensayo y tuvimos escuela temprano.

Tomo una pizza de la caja y empiezo a masticar, luego busco una bebida en la nevera.

—¿Siempre comes bocadillos después de la cena? —la voz hace que me sobresalte y casi tiro al piso mi preciosa lata de Coca Cola. Volteo y Yeonjun está apoyado en el espacio vacío donde iría una puerta de la cocina si hubiera una (La cocina y la sala son prácticamente un solo salón grande, separados por una pequeña extensión de pared).

—Me asustaste—le digo cerrando la nevera—Pues s-sí, me gusta comer bocadillos nocturnos.

—No me sorprende, comes como pajarito—dice él agarrando también otro pedazo de pizza.

—¿Cómo pajarito? —pregunto.

—Si, comes poco a poco y en pequeñas cantidades—le da un mordisco grande a su pizza.

Me sorprende que se haya dado cuenta de mi hábito de comer poco, pero a todas horas.

—Es una costumbre—digo sencillamente.

Ambos nos quedamos callados comiendo nuestras pizzas, pero el silencio no es necesariamente incómodo.

—Oye, Yeonjun...

—Haerin—dice él al mismo tiempo.

—Los mayores primero—le digo.

—Está bien—suspira él—Seguramente te preguntarás por qué diablos me colé a tu noche con Minji.

—Algo así—admito—Me sorprendió un poco ya que tu no vienes a acompañarnos a ver películas.

—Si. Vine porque solo quiero hablar y aclarar las cosas—suelta.

—Dijiste que nunca hablaríamos de eso y está por demás decirlo que fue una pesadilla—le digo en tono bajo, recordándole su promesa.

—Fue antes de saber que me evitarías como si tuviera alguna enfermedad—me pone nerviosa que se haya dado cuenta de eso, así que miro hacia mis pantuflas.

—Lo siento.

—No, no quería incomodarte—dice él acercándose—Oye, mírame, Haerin—hago un esfuerzo para levantar la vista.

Esta tan cerca que mi corazón no puede evitar ponerse a latir como loco. Examino su rostro muy bien, porque tal vez sea la única oportunidad que tenga de hacerlo. Esta con expresión seria, sus ojos están más abiertos de lo usual, y creo que no se da cuenta de que tiende a hacer labios de patito cuando habla, haciendo que la forma de corazón que tienen sus labios normalmente se vea más pronunciada.

¿Por qué tiene que ser tan perfecto?

—Mira, no me gusta tener problemas o asuntos pendientes con nadie, me gusta estar bien con todos si puedo, y tu, Haerin, eres la mejor amiga de Minji, eres como mi hermana también. Entiendo que querías mentir, diciendo que es una pesadilla cuando no lo es, tus mismas expresiones de ese día era lo contrario a una pesadilla y mas bien era un sueño hormonal.