La sensación que experimente en el escenario fue totalmente surrealista.
No podía creer la forma en que me desconecté y solo viví el momento, en serio me veo haciendo esto por el resto de mi vida. Pero como todo lo bueno llega a su fin, eso también lo hizo, sin embargo, el saber que lo haría todas las semanas de ahora en más me llenaba de alegría.
Minji y Beomgyu no eran excepción, todos habíamos esperado mucho por una oportunidad así. Prometimos ensayar más duro para hacerlo cada vez mejor.
Todo parecía ir bien en mi vida de pronto, el asunto de Yeonjun se solucionó y se podría decir estábamos más o menos bien. Yo no dejaba estar avergonzada, pero él hacía un buen trabajo quintándome esa presión de encima cuando nos encontrábamos.
Estuve tan feliz todo el fin de semana, que casi olvido que tengo clases los lunes por la mañana.
Casi me dieron ganas de apagar la alarma y quedarme a dormir, pero si hacía eso mi mamá vendría a sacarme de la cama a patadas, no me dejaba faltar a clases por ningún motivo que no fuera estar terriblemente enferma. Con muchísima pereza, me metí a duchar y llegué hasta mi armario. No tenía ganas de verme tan mal hoy, así que elegí unos jeans, una blusa azul marino y unos botines.
No era Minji, pero no me veía mal.
Un buen desayuno para mí, debía llevar obligatoriamente café, huevos y pan tostado, así que eso mismo fue lo que comí. Me aseguré de pedir a mi padre dinero para el almuerzo enfrente a mi madre para que no se le ocurra darme otra de sus loncheras de primer grado y salí de la casa con ella.
El trayecto en auto me la pasé metida en el celular escribiéndole mensajes a Minji, al parecer se había quedado a dormir con Beomgyu y él la estaba llevando a la escuela.
—Nos vemos más tarde, ma—le di un beso la mejilla.
—Adiós, corazón—cerré la puerta—¡Te ves muy guapa hoy!.
Casi escondo la cabeza en mi mochila producto de la vergüenza. La gente había volteado a verme por culpa de su grito, ¿Qué no podía haberlo dicho en el auto? Comencé a caminar más rápido hasta la entrada para llegar a mi casillero.
Ingresé la combinación, pero este no se abrió.
Miro extrañado al candado puesto en él.
¿Acaso olvidé la contraseña? No, ¿Cómo podría?, es mi fecha de cumpleaños. Con frustración volví a intentar un par de veces sin éxito, hasta que golpeó la maldita cosa por hacerme la vida más difícil.
—Disculpa, ¿puedo ayudarte en algo? —volteó a ver a un chico que no había visto antes por los pasillos parado enfrente mío.
—¿Uh?, no, estoy intentando abrir mi casillero—el chico ríe un poco.
—Creo que debe haber una confusión, soy Taesan, soy nuevo y me dijeron que este es mi casillero—me enseña un papel que lleva en la mano con él número 327.
—Este no es... —si era el casillero 327. El mío era el 328, justo al lado—L- lo siento mucho, soy una tonta, perdón—me pase al casillero de al lado, dándole espacio al chico que seguía riéndose de mí.
—No hay problema, fue un poco gracioso verte golpearlo—casi meto la cabeza dentro mi propio casillero ya abierto—¿Estás en último año?
—Si—le dije—Me llamo Haerin—sonríe un poco.
—Haerin—repitió él—Me gusta, ¿de dónde eres?
—Técnicamente vengo de Estados Unidos, pero no viví ni un año allí— explico.
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Hidden Love - Choi Yeonjun
Romance"Dicen que el amor es ciego y apenas entiende de nada. No sabes cuándo va pasar, cómo va a suceder o quién se va a cruzar en tu camino." "No soy lo suficientemente mayor para él . Sólo estoy esperando hasta tener dieciocho" -Adaptación de "18- Sooka...