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Advertencia: Contenido Maduro.

Cuando mi madre me dijo que Yeonjun estuvo aquí, no pude creerlo. Él muy maldito solo me recogió en el instituto y me trajo directo aquí sin explicaciones, luego se fue.

No sé si es mejor o peor que mis padres sepan, puesto que ahora tenemos que seguir las ridículas reglas de mi madre, por lo menos hasta el próximo semestre en que me mudaré y seremos libres. Mi madre nos condenó a 3 meses de toque de queda y privacidad casi inexistente, pero debo admitir que si me quito un peso de los hombros.

Además, no puedo creer que se atrevió a enfrentar a mi madre, para mí eso equivale al príncipe de la bella durmiente enfrentándose al dragón. Yeonjun cada vez me demostraba sus sentimientos por mí, y quería hacer lo mismo por él.

El único lugar donde podemos estar realmente solos, es la casa de Minji, porque sus papás trabajan más tiempo que los míos, y la pelinegra no se inmuta cuando estamos allí, es más, nos deja tranquilos en el sofá.

—No entiendo por qué no solo vamos a tu casa—le digo—No es como si se fuera a enterar, creerá que estoy aquí.

—No, bebé—me da un apretón en la pierna—Quiero hacer las cosas bien.

—Pero entonces, ¿él que tú estés aquí conmigo cuando ella cree que solo está Minji no viola su pequeño acuerdo?

—Veras, pequeña—dice sonriendo—En todo contrato hay siempre una laguna—me guiña el ojo.

—Ja, ¿Ahora estudias leyes? —río, mientras él se acerca a mi oído.

—No, se lo que me conviene—susurra—Pero debería, estoy saliendo con una cosita ilegal—golpeo su pecho haciendo que se aleje.

—Tonto—le reprocho—Tengo sed, ¿Podrías traerme agua?

—¿Tengo cara de mayordomo? —lo miró con las cejas alzadas.

—Si digo por favor, ¿me traerás el agua? —él suspira.

—Eres una malcriada—dice levantándose.

—¡Es tu culpa! Tú me mimas mucho.

Yeonjun termina trayendo dos botellas de agua y volvemos a los nuestro, ambos estábamos estudiando mientras nos hacíamos compañía, en el sofá acostada con mi cabeza en su regazo mientras reviso mis resúmenes de la computadora, él hojea el libro de una de sus materias. Mañana es mi último examen y luego de eso probablemente se publicarán las calificaciones en la pizarra de actividades del pasillo, entonces sabré si fui la mejor de la clase.

Honestamente, la razón por la que me esforcé tanto tiene más que ver con mis padres que otra cosa, sé que ellos estarán felices de que reciba ese reconocimiento, y tal vez les endulce el hecho de que planeo estudiar ingeniería musical en la universidad.

La música sigue siendo mi vida, después de todo. Es una lástima que nuestra pequeña banda debió disolverse luego de que Minji tomara su decisión de viajar a Japón, en realidad nadie le dijo a Beomgyu sobre eso, pero ella simplemente mandó un mensaje a nuestro grupo diciendo que ya no iría, el mayor no le pidió explicaciones.

—¿Cómo está Ryujin? —pregunto a Yeonjun. Él me había comentado que se veía algo mal estos días.

—Bien, mejor, creo—dice acomodando sus lentes y pasando de página en su libro—Al menos va a clases normalmente.

No escuche lo último porque me fije en lo que llevaba puesto.

Yeonjun se ve tan caliente con lentes.

Es que se ve caliente con cualquier cosa, en realidad. Esa camiseta de algodón se aferra a sus músculos de forma exquisita, y sus pantalones no hacen nada por disimular sus fuertes piernas. Casi dan ganas pedirle que me ahorque.

Hidden Love - Choi YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora