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El ensayo de la banda iba como siempre, tocamos canciones al azar para practicar, ya que ninguno de nosotros ha escrito una canción propia nunca. Nos concentramos en tocar canciones conocidas ya que, si llegamos a tocar en algún lugar, sería mejor que la gente esté familiarizada con las canciones, hemos buscado lugares para tocar, pero por el momento no ha salido nada.

—Tomemos un descanso—dice la pelinegra—Me muero de hambre, Beomie, ¿tienes papitas?

—En el estante de la cocina—dice este mientras se sienta y bebe de una botella de agua.

—¡Tráeme algunas! —le digo a Minji alejándose.

El teléfono de Beomgyu hace un sonido indicando que le llegaron mensajes, él toma su teléfono y frunce el ceño cuando ve la pantalla. En unos segundos empieza a teclear también. Unos nuevos mensajes comienzan a sonar y de pronto él se ve realmente enojado.

—¿Pasa algo? —pregunto.

—¿Qué? —levanta la cabeza—Ah, no es nada.

—Pareces molesto—le digo. Beomgyu me mira y luego hacia la puerta.

—Mira—me pasa su teléfono, lo cual me extraña, pero lo tomo.

Ryujin.

Le había enviado un mensaje por Instagram.

—¿Cómo supo tu usuario? —pregunto sorprendida.

—No tengo idea—dice ella sacándome el teléfono—Pero voy a bloquearlo antes de que Minji lo vea.

—Beomgyu oppa.

—¿Si?

—Todavía no entiendo la relación que tienes con Minji—el de pelo largo me mira sonrojado.

—Creo que estoy enamorado de ella—suelta—Pero no sé si él siente lo mismo.

—Estaba muy celosa cuando paso lo de Ryujin—recuerdo—Tal vez deberías intentar confesarte.

—¿Confesarte con qué? —la pelinegra entra a la habitación con un bote de papas que inclina hacia mí para que tome unas.

—C-con mi madre de que rompí su jarrón caro que trajo de China— inventa rápidamente él.

—Ah, yo que tú no le decía, si no se da cuenta sola—dijo simplemente la pelinegra encogiéndose de hombros. Unos segundos después, ella recibió un mensaje en su teléfono—Haerin, me recoge mi hermano, ¿vienes? — dijo agarrando la mochila que había traído consigo.

—N-no, iré caminando—digo yo con incomodidad—Ya sabes, me hace falta—señalo mi estómago. En realidad, no es del todo cierto, estoy bien con mi cuerpo la mayor parte del tiempo.

—Claro que no, tú estás perfecta así—dice Minji molesta—No te hagas la tonta, Yeonjun ya te dijo que no importa lo que pasó y se disculpó contigo porque le dijiste que habías tenido una pesadilla, la cual sabemos que eso es mentira—se cruza de brazos.

—Ya, pero perdona si estoy muy avergonzada como para cruzarme con él al menos hasta el próximo año—digo con un sonrojo en mis mejillas—Tal vez más.

—Ahg, eres imposible—rueda los ojos—Nos vemos Beomie—se despide del mayor dándole un decepcionante (lo digo por la cara de Beomgyu) beso en la mejilla.

—Las acompaño afuera—dice él, levantándose como un campeón.

Salimos de la sala donde practicamos y nos dirigimos a la puerta, la cual Beomgyu abre por nosotros.

Para mi mala suerte, Yeonjun ya está afuera esperando por su hermana.

—Hola, pequeña—revuelve el cabello negro de su hermana, sacándole un gruñido—Choi—Beomgyu se ve como si fuera a salir corriendo de repente. A todo esto, ¿Cómo sabe su apellido?

Hidden Love - Choi YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora