Hidden Love - Choi Yeonjun

26

Una de mis cosas favoritas es observar a Yeonjun fumando.

Se que le hace mal, sé que es extraño, pero no puedo evitar pensar que se muy atractivo haciéndolo. Además, solo lo veo agarrando un cigarrillo cuando está estresado o algo le preocupa, es solo uno y rara vez los termina.

—Una foto dura más, ¿no lo crees, linda? —se burla él, apagando el cigarro cuando todavía está a la mitad.

—¿Es normal que me guste verte fumar? —pregunto.

—¿A quién le importa si es normal?, si a ti te gusta puedes mirarme todo lo que quieras—deposita un piquito en mis labios.

Aún no he dicho lo del grupo de estudio con Taesan, lo veía muy cargado con sus cosas de la universidad así que se podría decir que omití el tema, pero debemos reunimos mañana después de la escuela y no quiero ocultarle dónde estoy, a pesar de que Yeonjun no es de esas parejas controladoras que quieren saber tu ubicación a cada momento, normalmente hablamos sobre nuestros días en llamadas nocturnas.

—Tengo algo que decirte—él ladea la cabeza, como un tierno cachorrito.

—Si, cariño.

—Mmm—pienso en como soltarlo—¿Qué piensas de Taesan? —él arruga la expresión al escuchar el nombre, sinceramente me da un poco de gracia.

—Mmm—hace una expresión pensativa—¿Qué me gustaría que regrese a su país?

Ante su respuesta, no puedo evitar soltar una carcajada y darle un golpe.

—¡Hablo en serio!

—Yo también—dice. Suspiro, rindiéndome.

—Estoy en un grupo de estudio con él, necesita ayuda con lengua y yo sé la ofrecí.

—No me gusta como suena eso, para nada—me pongo como un tomate al saber en qué contexto tomó la oración y le propinó otro golpe.

—¡Au, esto es violencia intrafamiliar!

—Aish, no te soporto cuando te pones así.

—Yo también te quiero, bebé—deja un sonoro beso en mi mejilla.

—¡Yeonjun!,¡Me empapaste tu saliva! —le digo con fingido asco.

—Ahora te da asco mi saliva.

—Ohh, mucho asco—le saco la lengua.

—Bien que te gusta—quiero reírme, pero le sigo la corriente.

—Eres un asqueroso—me levanto del sofá.

—¿Asqueroso? —frunce el ceño— Ahora verás—pero ya sabía que esto terminaría así, por lo que empiezo a correr de él—¡Haerin!.

—A que no me atrapas—me burlo corriendo por la cocina. El me persigue y ambos estamos riendo.

Paso por la cocina, escondiéndome en los muebles, corro de nuevo al sofá, al cual me subo para saltar hasta donde están las habitaciones, la de Ryujin está cerrada porque salió, pero me meto a la de Yeonjun.

Gran error porque él entra detrás mío rápidamente y cierra la puerta. Contengo mi risa al mirarlo con ojos de corderito.

—Oye, estaba bromeando. No vas a hacerme nada, ¿verdad? —él me mira con escepticismo y avanza hasta mí.

—No me creo ese acto de niña buena—me empuja a la cama—Tendrás tu castigo.

Inmoviliza mis manos sobre mi cabeza, apretando con una de las suyas mientras la otra queda libre.

—¿Qué estas...? —enseguida tengo la respuesta—¡Ah, no! jajajsjs.

Cosquillas.

—Eso te ganas por decir que mi saliva te da asco—dice mientras sigue la tortura en zona sensible de mi abdomen. Las carcajadas comienzan a cansar mi voz y mi respiración se entrecorta.