Capítulo 12

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***Seraphine***

—Heloise, ¿por qué no me dices adónde vamos?

—Relájate Seraphine, estás demasiado tensa para una simple cita. Hoy simplemente nos vamos a divertir. —Ella responde con una sonrisa burlona y creo que está tramando algo.

—Dime de inmediato qué lugar es este.

Acordamos ir a celebrar el compromiso de Mia con Raul, y esa celebración incluye a Marta y Charlotte. Y por mi desgracia, Heloise se encargó de organizar todo, y no espero nada bueno de ella. ¿Cómo puedo esperar algo bueno si mi amiga pierde un tornillo todos los días? Es una salida solo para mujeres y ni siquiera me permitieron venir con uno de mis guardias de seguridad. Ahora vamos camino del lugar con esta loca al volante.

—Está bien. Te diré donde vamos a ver si logras sacar esa cara de gallina mojada. —La miro en el rincón con ganas de estrangularla.

—Vamos al Jardín del Edén.

—¿Qué? No voy a ese sitio de mala suerte. ¿Dónde estabas con la mente para hacer esto?

—Deja de gritar Madame LeBlanc, que no soy sorda. ¿Qué tiene de malo ir al Jardín del Edén? ¿Has olvidado lo bien que lo pasamos allí? ¿De todas las locuras que hicimos antes de casarnos?

—Una razón más para no hacerlo. Heloise, ya no somos jóvenes para ese tipo de locura.

—Tampoco somos viejas, Seraphine. Y no tiene nada de malo ir a un club nocturno de vez en cuando. —Oh, Dios mío, ¿en qué me he metido? Me digo apoyando la cabeza en el asiento del coche porque Heloise me va a poner los pelos blancos. Está tan loca que hay momentos que no miden consecuencia.

—Solo espero que no hayas reservado una habitación privada con bailarines striptease.

—No sería una mala idea. —responde haciéndome sentir aún más curiosa—. Pero no te preocupes, yo no lo hice. Hoy simplemente nos vamos a divertir, bebiendo y bailando.

—Menos mal. —Añado

—Tal vez podamos encontrar algunos chocolates calientes para las dos. —Me mira levantando las cejas y yo solo bufo. Cuando dice chocolate caliente se refiere a hombres más jóvenes.

—Estoy bien así. —Me opongo

—Estropea placeres. —Comenta y me muestra la lengua. Después de unos minutos por fin llegamos, Marta, Charlotte y Mia nos esperan en la entrada.

—¿Por qué tardaste tanto si habías dicho que Seraphine estaba lista? —Marta le pregunta a Heloise

—Lista nada. Seraphine iba vestida para la misa dominical y, yo no saldría con ella vestida así, ni muerta. —Todos empezamos a reír—. Mira cómo la dejé —Habla haciéndome dar la vuelta. Esta condenada me hizo usar un vestido inusual color rojo, además de ser corto, tiene un escote en V muy evidente.

—UFF Madame LeBlanc, vestida así, nadie puede resistirse. Lindo atuendo. —Juega Mía.

—Basta de charla, entremos. —Comenta Charlotte.

Allí entramos y fuimos directos a la zona VIP donde se hizo la reserva. Ya había olvidado cómo eran las cosas por aquí, incluso me siento rara porque ya no recuerdo la última vez que estuve aquí. Observo Heloise y Mia hacen el pedido mientras hablo con Marta y Charlotte. Al cabo de unos minutos, veo a los camareros trayendo bebidas, que no son pocas. Aquí tenemos un poco de todo. Del agua al vodka.

—Heloise ¿tú quieres matarnos? —Comenta Marta

—Ahora Olivier ya no me deja salir contigo. ¿Quién se lo beberá todo?

Madame LeBlancDonde viven las historias. Descúbrelo ahora