Capítulo 34

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***Seraphine***

—Seraphine, ya tengo los resultados.

—Entonces, doctora, habla de una vez.

—Tus sospechas son ciertas. Estás embarazada, Madame LeBlanc.

Me quedo paralizada por un momento, mis ojos abiertos de par en par mientras procesaba la noticia que acababa de escuchar. El silencio en la habitación parecía resonar, solo roto por el suave tic-tac del reloj en la pared. Miro a la doctora con una mezcla de sorpresa y alegría estampada en mi rostro.

—¿Embarazada? Esto es... increíble.

—Sí, Madame LeBlanc, estás esperando un bebé. ¡Felicidades!

—Yo... nunca imaginé que fuera posible. Es una bendición —comento colocándome la mano en el vientre como buscando una confirmación física—. Doctora, recuerdo que me dijo que sería muy difícil que volviera a quedar embarazada debido a mi problema de ovulación. ¿Estás seguro?

—Absoluta, Seraphine. Los resultados no mienten —responde ella entregándome los resultados donde confirmo que efectivamente estoy embarazada—. Dije que sería difícil, no imposible.

Embarazada de mi proyecto de hombre. Lo que parecía imposible ahora es real y está dentro de mí. Hace dos meses, le expliqué a Raphael sobre mi dificultad para quedar embarazada, así que desde ese día decidimos empezar a intentarlo y, si fuera posible, buscaríamos ayuda médica. Sin embargo, no imaginé que sería tan fácil.

Un bebé mío y de Raphael. Un bebé concebido con mucho amor. Apenas puedo imaginar la expresión en su rostro cuando le dé la noticia de que será padre. ¿Y la felicidad de Maya y Gabriel cuando se enteren de que tendrán un hermanito? Mis hijos amarán esta noticia. Cojo el examen y lo meto en mi bolso para salir del hospital.

—Podemos hacer una ecografía para escuchar el corazón de tu bebé, Seraphine.

—Gracias, doctora. Pero quiero hacerlo junto con Raphael.

—Como desees.

Agradezco a la doctora, cojo mi bolso para salir del hospital e ir a Bernard Industria a darle la noticia del embarazo a mi conejito. Estoy tan emocionada que me es imposible borrar la sonrisa de felicidad. Sin embargo, todo se enfría cuando al salir del hospital comienzo a escuchar disparos que retumban desde todos lados. El pánico se instala cuando yo y mis guardaespaldas nos damos cuenta de que estamos en medio de un tiroteo.

Cuando uno de mis guardaespaldas intenta protegerme, recibe un disparo en el abdomen y cae semiinconsciente. En medio del desespero, me arrodillo a su lado, tratando de contener la hemorragia y gritando por ayuda médica. La situación empeora cuando queda claro que esos hombres armados están ahí por mí.

—¡Protejan la Madame! —Grita uno de los guardaespaldas.

El miedo se instala profundamente en mí. El intercambio de disparos entre mis guardaespaldas y los atacantes se intensifica, creando un escenario caótico donde cada vez queda más claro su propósito, y hasta ahora no hay señales de la policía. Los gritos de la gente suenan fuerte, y algunos corren de un lado a otro, temiendo ser alcanzados por balas perdidas. En un acto de desesperación, intento entrar de nuevo al hospital, pero, fue un error.

Siento las manos de un hombre agarrándome fuertemente por los brazos mientras me apunta con un arma en la cabeza y me saca rápidamente, empezando a arrastrarme brutalmente. Uno de mis guardaespaldas intenta dispararle a mi secuestrador, pero recibe un disparo mortal en la cabeza y cae muerto al suelo.

Madame LeBlancDonde viven las historias. Descúbrelo ahora