Capítulo 36

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***Seraphine***

—Raphaeeeeeeel

Veo cómo él recibe el disparo que iba destinado a mí, y en un acto desesperado lo agarro por la espalda para que no caiga mientras observo a uno de los agentes disparar tres tiros certeros en Daiane, que cae muerta bañada en su propia sangre.

—Por favor, Raphael, no me dejes. Tú tampoco. —Expreso, comenzando a llorar con miedo de perderlo.

Mi proyecto de hombre me mira a los ojos con una mezcla de dolor y determinación. Su rostro, normalmente tranquilo, está tenso por lo ocurrido. Él sujeta mi mano con firmeza, como si quisiera transmitir una fuerza de la que ni él mismo está seguro de poseer.

—Mi flor del Nilo. —Es lo único que comenta, ya que los agentes lo reciben en cuanto el equipo médico entra para ponerlo en la camilla y salir de aquí.

Lágrimas corren por mi rostro mientras intento procesar todo lo que ha sucedido en las últimas horas. Los cuerpos de Daiane y Brandon Smith desplomados en el suelo y acompañados de su sangre, Louise Bernard junto con Sabine siendo llevadas esposadas por la policía, todo a mi alrededor está en un auténtico caos. La sensación de impotencia es abrumadora; sigo sosteniendo la mano de Raphael, incapaz de apartar la mirada del rastro de destrucción que la violencia dejó.

—¡Seraphine! —Grita Olivier, que entra con Raúl y Simon. Suelto la mano de Raphael y camino hacia él, abrazándolo con fuerza en un intento de suprimir mis miedos.

—Olivier, no puedo perderlo.

—Calma, Seraphine.

—Él se sacrificó por mí sin pensarlo dos veces. Daiane quería matarme y Raphael se puso delante de mí para recibir el disparo.

Olivier sujeta mis hombros suavemente, mirándome directamente a los ojos. Su rostro refleja la seriedad que siempre lo acompaña, pero también la compasión al intentar tranquilizarme.

—Seraphine, necesitamos ser fuertes ahora. Raphael es resistente, superará esto, ya lo verás.

Veo al equipo médico empujando la camilla y los sigo porque no tengo intención de alejarme de él. Subimos a la ambulancia y mi corazón late acelerado al ver en qué estado se encuentra. La ambulancia se dirige hacia el hospital, el sonido de las sirenas resonando en la noche, compitiendo con el tumulto emocional que se desarrolla dentro de mí. Sentada a su lado, sostengo su mano, buscando desesperadamente cualquier señal de vida en sus ojos.

Raphael respira con la ayuda del oxígeno, prácticamente sin vida, sin expresión en su rostro. Primero perdí a Louis, y fue muy difícil superar su pérdida. Y cuando pensé que no podría enamorarme de nuevo, llega Raphael rompiendo todas las barreras que había puesto en mi corazón, y no es justo perderlo también. No es justo convertirme en viuda dos veces. No es justo, Dios, que mis hijos tengan que perder a su padre otra vez.

Raúl y Simon siguen la ambulancia en sus autos, mientras Olivier permanece a mi lado, ofreciendo su apoyo silencioso. El interior de la ambulancia es un escenario sombrío, iluminado solo por las luces intermitentes. El olor a antiséptico se mezcla con la tensión sofocante que flota en el aire.

El médico en la ambulancia trabaja con prisa, tratando de estabilizar a Raphael. Cada segundo parece una eternidad, y mi corazón late fuera de ritmo, suplicando por un milagro.

—Seraphine, no pierdas la esperanza. Raphael es fuerte. —Comenta Olivier sosteniendo mi mano, transmitiendo una fuerza que apenas puedo reunir por mí misma.

Intento sonreír, pero las lágrimas continúan saliendo por mi rostro. El dolor de la posibilidad de perderlo me consume por dentro. La ambulancia llega al hospital y rápidamente llevan a Raphael adentro, mientras lo sigo como una sombra.

Madame LeBlancDonde viven las historias. Descúbrelo ahora