La alarma de Ink había sonado, ya eran las 6.00am y él solo había logrado dormir 2 horas. Entraba al colegio a las 7.30am, tenía tiempo para seguir durmiendo un rato más, total, vivía a unas cuadras. Sin embargo, su madre insistía en que se levantará en ese horario.
-¡Ink, cariño, ya es hora de levantarse!- Y hablando de su madre- Ve a bañarte mientras preparo el desayuno- Pasos se escucharon alejándose.
Con pereza se levantó y fue a su armario para sacar su uniforme lavado y planchado con antelación. Olía bien, cómo siempre. Luego, salió de su habitación para ir al baño, dónde tomo una ducha tranquilamente.
-Ugh odio los lunes- Se quejó cuando terminó de bañarse y limpio el espejo para verse a si mismo, tenía unas ojeras muy notorias, no dormía muy bien que digamos- Se notan demasiado- Arrugó su rostro desganado por tenés que volver a utilizar el corrector de su madre sin que está supiera.
Se cambio y acomodo bien su uniforme, cerciorandose que la corbata estuviera lo más prolija posible. Por último, abriendo el espejo, saco del estuche de maquillaje un corrector, agradecía que haya salido con el mismo tono de piel que su progenitora.
Mientras se ponía en sus ojeras el corrector paso por su mente faltar, diría que se sentía mal y nadie podía decir que no era así, al fin y al cabo, era de asistir siempre a clases. Pero se acordó de su madre y descartó la idea de no ir al colegio, ella lo mandaría incluso si se le estuviera saliendo un pulmón.
-Ink, ¿Ya sales? Se te va a hacer tarde- Dios, parecía que cada vez que pensaba en ella la invocaba.
-Ya casi salgo- Contestó viendo la hora desde su celular, eran las 6.30am recién, le faltaba una hora, suspiro agotado y volvió a mirarse al espejo- Que asco doy- Aunque había tratado de ocultar las ojeras que tenía, se seguían notando un poco con la diferencia que ahora se veían más "normales" y no como si no hubiera logrado dormir en toda la noche.
Siguió viéndose notando cada detalle que no le gustaba de él, primero viendo su piel, era muy blanca y sensible, además de que sus venas se notaban más, muchas veces escucho a más de una persona decir que le daba cosa, claro, cómo si ellos no tuvieran. Luego siguieron sus ojos, uno de un celeste y el otro amarillo, no le costaba nada a Dios haberle hecho con los ojos iguales, no le importaba si fueran celestes o amarillos, solo los quería del mismo color. Más de una vez le habían recordado los horribles que eran, siendo más seguido su madre, aunque entendía el porqué de su pensamiento y, tristemente, lo compartía. Vió sus labios, eran rosados y carnosos, parecían de mujer y varios chicos se lo insinuaron burlándose de él, decían que parecía una chica por su altura y su aspecto, él solo los ignoraba. Y por último, su pelo, era albino y le aburría demasiado, si por él fuera, lo teñiria de todos los colores posibles, pero no podía, su madre se lo prohibía.
Podía criticar su aspecto por horas, pero no podía permitirse tardar más tiempo en el baño, debía desayunar e ir al colegio. Salió y bajo las escaleras encontrando a su madre ya lista para ir a su trabajo tomando un café con unas tostadas. Al frente había un jugo de naranja exprimido y tostadas con mermelada y queso crema.
-Buen día- Saludo sonriendo.
-Buen día, cariño- Le devolvió la sonrisa- Come rápido que debes ir al colegio.
Ink solo asintio e hizo caso a lo dicho por la mayor. Una vez termino se levantó y fue en busca de su mochila.
-Ya debo irme- Aviso- Nos vemos en la tarde, ten un buen día.
-Igualmente, cariño- Se despidieron y el menor salió de su casa caminando rumbo al colegio.
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Bitter choco decoration || Errorink
RandomError era nuevo en ese colegio y, sinceramente, no esperaba nada llamativo de el, solo aburrimiento. O bueno, eso pensaba hasta que empezó a interesarse en Ink, un chico con el que mucho no hablaba, pero que lo intrigaba bastante, ¿Podrá acercarse...