Ink estaba a punto de estallar, su padre había estado dos semanas en su casa, ni siquiera había vuelto oficialmente con su madre pero ahí estaba, ocupando espacio como si de su hogar se tratase. Por lo menos no se quedaba a dormir, eso ya sería lamentable para Ink.
-Ink, ¿Puedes pasarme la lata de cerveza?- Preguntó desde la comodidad del sillón sin mirarlo siquiera, su vista no se desvíaba de la televisión al frente suyo.
Ink normalmente haría sus deberes escolares en su habitación, pero desde que su madre lo encontró dormido se le había ocurrido que empezará hacerlas en la mesa del comedor, así también pasarían tiempo juntos aunque fuera cada uno haciendo lo suyo.
Se levantó y caminó hasta la mesa chica que estaba al frente de su padre. Si, la lata estaba cerca suyo, pero como estaba acomodado con la espalda apoyada no quería moverse.
-Claro, toma- Le sonrió falsamente y volvió a su lugar.
-Ink, pásame el control- Dijo una vez que su hijo se había vuelto a sentar.
Suspirando volvió a levantarse y caminó nuevamente a la mesa para pasárselo.
-Ten.
Nuevamente se alejo.
-Ponlo en la mesa- Sonrió maliciosamente sin verlo realmente, solo seguía con la vista en la televisión.
Ink empezó a tener un tic en el ojo, ¿Cómo se supone que haría su tarea si cada vez que iba a hacerla su padre le pedía un favor distinto? Era claro que lo estaba molestando.
-¿Algo más?- Preguntó una vez que hizo lo pedido por el hombre.
-Mmmh... No- Vió de reojo como Ink se acomodaba en su lugar para seguir escribiendo- De hecho, ¿Podrías tirar la lata? Ya no tiene nada.
No pudo más, llevaba hace rato haciéndole lo mismo, tener que aguantarlo todos esos días hizo que su paciencia se acabará.
-¿Por qué no mejor te levantas y lo haces tú mismo?- Propuso parándose en frente suyo.
-Porque eres mi hijo, me debes la vida- Contestó intentando ver la television moviéndose de lado a lado- Muevete, no eres invisible.
¿Por qué no lo miraba? Eso le molestaba más, hacía parecer que no lo tomaba enserio.
-Tu no me pariste, en todo caso se la debo a mamá- Contestó enojado, al instante se arrepintió.
El hombre frunció el ceño y ahora sí lo miró. Se levantó y quedó cara a cara con Ink, quien se estremecio e intimido, su padre era más alto que él lo que hacía que se sintiera pequeño al lado suyo.
-¿Esa es forma de hablarle a tu padre? Me respetas, ¿Me oyes?- Acercó su rostro e Ink apartó la mirada, su boca olía a alcohol y eso lo asqueo- ¿Me oyes?- Lo tomó por el hombro fuertemente, el corazón de Ink latio aceleradamente.
-¿Qué está pasando?- La mujer salió de la cocina y vió la escena.
-Le estaba diciendo a Ink que no podía tomar cerveza- Sonrió abrazándolo por los hombros- Vino a pedírmelo.
-¡Ink!- La mujer gritó enojada- ¿Cómo se te ocurre pedir eso?
-¡No es cierto, mamá! Yo no le pedí nada.
-¿Me estás llamando mentiroso?- Preguntó indignado su padre.
-¿Cómo si quiera puedes insinuar eso? Discúlpate con tu padre.
-Lo siento...- Dijo cabizbajo, que injusto era todo.
-Esta bien, es la edad- Intentó "minimizar" su padre como si él no fuera el causante del enojo de su madre- ¿Ink, terminaste la tarea? Si es así podríamos ver la televisión juntos.
ESTÁS LEYENDO
Bitter choco decoration || Errorink
RandomError era nuevo en ese colegio y, sinceramente, no esperaba nada llamativo de el, solo aburrimiento. O bueno, eso pensaba hasta que empezó a interesarse en Ink, un chico con el que mucho no hablaba, pero que lo intrigaba bastante, ¿Podrá acercarse...