Charla

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La puerta principal se oyó, su madre había llegado y ahora debía bajar a recibirla. Se miró en el espejo, Dios, estaba horrible, su madre preguntaría por su apariencia y por las vendas en sus dedos. ¿Qué le diría ahora? ¿Cómo la miraría a la cara? Era un desastre, un inútil que ni para defenderse servía. Su padre tenía razón, debió de haberse perdido por ahí y no volver, pero era un cobarde que tenía miedo a lo desconocido.

Temía al cambio, temía quedar solo, temía no ser aceptado... Le temía a su padre. ¿Será verdad que ahora él manejaría su vida? ¿Su madre estaría dispuesta a dejarle ese trabajo a él? Esperaba que no, si ya de por sí era difícil llevar una vida como la que su progenitora deseaba, sería un infierno acatar las órdenes de su padre. La sola idea lo hacía temblar y nuevas lágrimas amenazaron con salir.

-¡Ink!- El llamado de su padre lo hizo reaccionar, debía de bajar ya.

Se lavó el rostro y se observó por última vez antes de salir del baño. Su cuerpo dolía... Su mano dolía. Esperaba que la charla fuera breve y tranquila, que su madre haya tragado esa de que tuvo una conversación civilizada con su padre y lo libere rápido, no creía poder soportar mucho tiempo hablando con ellos.

Bajó las escaleras intentando parecer normal, como si su cuerpo no ardiera por cada bajada, como si su corazón no estuviera sangrando a montones por el dolor emocional que sentía. Caminó hasta la mesa donde esperaban sus padres sentados uno al lado del otro, arriba de esta habían tres tazas de te y unas galletas en un plato, como si fuera a poder ser capaz de comer algo.

-Hola...- Saludo sin saber cómo reaccionar, ayer había peleado con su madre y había escapado, hace unos minutos estuvo tirado en el suelo mientras su padre le sacaba dos de sus uñas, ¿Se suponía que saludaría como si estuviera cómodo y sin temor a lo que fuera a salir de esa conversación? No podía, a pesar de ser un experto en fingir, el miedo superaba su perfecto actuar.

-Ink, sientate- Ordenó la mujer, los ojos de su padre lo miraban con burla. Tragó e hizo caso- Le debes una disculpa a tu padre, ¿No crees?

-No hace falta, una disculpa tiene que nacer de uno mismo.

Ink lo miró, se ahorró las ganas de responder un "Ya se las dí antes cuando hablamos" y seguir la mentira que el mayor inició, pero sabía que eso solo marcaría su muerte... Y era demasiado joven para morir.

-Lo siento- Agachó la cabeza y centró su vista a la mesa, no queriendo ver los rostros de sus progenitores. Incluso sin verlo directamente, sabía que tipo de gesto facial estaba haciendo su padre- No debí decir lo que dije, no sé que me pasó.

-Esta bien- Sonrió "amablemente"- Lo bueno es que accediste a que viviera aquí y que pasáramos más tiempo juntos como padre e hijo- Miró a la mujer- Dice que quiere aprender de mi a como ser un verdadero hombre, ¿No es eso bueno?

Ink abrió los ojos sorprendido, ¿Verdadero hombre? Un hombre no maltrataba a su esposa e hijos, un hombre de verdad no torturaba psicológicamente a los demás, no mentía ni lastimaba. Un hombre de verdad tenía valores. ¿Pero qué era ser un hombre? Ahora empezaba a dudar, quizás y su padre tenía razón, era poco hombre... ¿Pero eso no significaría que la mayoría no lo eran entonces? Pensó en Dream, Blueberry, Error, Cross,... Pensó en Nightmare, ¿Cuál era el mejor ejemplo de hombre? ¿Su padre o ellos?

De todas formas, pensar en él aprendiendo a ser uno le dió miedo, pasar tiempo con su padre le desagradaba, sentía nauseas de tan solo imaginarselo.

Por un momento se desconecto de la conversación, aunque sabía que estaban hablando sobre la falsa charla que tuvo con su padre. Él inventaba cosas con tanta naturalidad que era difícil desconfiar de sus palabras, lastima que él sabía la verdad y no de la mejor forma. Seguro el mayor estaba endulzando a su madre y tirando, indirectamente, comentarios negativos de él.

-¿A donde fuiste anoche?- Esa pregunta lo hizo volver en si.

-¿Q-qué?

-¿Qué en dónde estuviste anoche?- Volvió a repetir la mujer.

-En la casa de un amigo- Dijo nervioso.

Su madre lo observó de arriba a abajo, frunció el ceño molesta y volvió a hablar.

-No me mientas, Ink, sabes que odio las mentiras- Advirtió.

-No miento, madre, estoy siendo sincero- Intentó razonar pero fue en vano.

-Si es así, ¿Entonces cómo se llama tu amigo?

-...- No podía nombrarle a Error, solo empeoraría la situación... Solo haría que lo obligará a alejarse.

-¿Estuviste en la calle toda la noche?- Ink apartó la mirada y negó- ¿Qué son esas heridas?- Señaló sus manos, inconscientemente el menor las puso bajo la mesa.

-Ink, es de mala educación no responder a tus mayores- Habló el hombre, haciendo que su hijo se entremeciera y lo mirara preocupado, había una amenaza en esas palabras.

-Yo... Me lastimé solo.

-No te creo- La mujer fruncío más el ceño- ¿Pero sabes qué creo que pasó? Te habrás quedado en la calle toda la noche, habrás peleado con alguien y hoy habrás ido al colegio todo sucio... Si es que fuiste.

-¡No es así!

-¡No me interrumpas, Ink! ¿No querías responderme y ahora quieres hablar? Ya está, no quiero escucharte- La mujer lo miró súper molesta- Y más te vale que nadie te haya visto, no quiero que andén diciendo que tengo un hijo vagabundo y sin modales, ¡Vergüenza te debería de dar! Ve a tu habitación, estás castigado- Sentenció haciendo sonreir al otro adulto.

Ink la miró unos segundos a los ojos perplejo, ¿Eso era todo? ¿Lo castigaría sin siquiera indagar más en la situación? ¿No le importaba que esté lastimado? Se levantó y caminó lentamente a su habitación. Ya se le hacía normal sentirse decepcionado y defraudado por su madre, pero eso no quitaba que no se siguiera sintiéndose como la mierda cada vez que eso sucedía. ¿Valía la pena llorar? No, sin embargo, las lágrimas cayeron sin que él se las permitiera.

Se tiró en su cama, ahora estaba castigado... ¿Pero qué significaba estarlo? Es decir, nunca salía como para prohibirle hacerlo, entonces el castigo no iba por ese lado. Tampoco le había sacado el teléfono, o era porque su madre creía que no se hablaba con nadie (que en parte era cierto) o era porque no se había dado cuenta. No creía que fuera como la última vez, en dónde tuvo que estudiar todo lo que duró el castigo matandolo del cansancio y estrés, no había exámenes como para hacerlo. ¿Entonces qué se suponía que debía hacer? ¿Debería de preguntarle? Porque tampoco quería hacer algo que iba en contra de su "castigo" y que su madre se enojara.

Suspiró, ni siquiera se había cambiado antes de que llegara su madre por lo que seguía con el uniforme de Error... Recordó lo que sucedió en la mañana, le agradaba la familia del moreno. Debería de devolverle el uniforme limpio al día siguiente, así que tendría que lavarlo, aprovecharía y lavaría el suyo también... Aunque esperaría un poco, recién acababan de mandarlo a su habitación y salir implicaría un nuevo regaño.






Que ondaaa??

Fue tranquilo, no? No podía hacer sufrir tanto a Ink... No por ahora por lo menos ah

Adivinen que!! Hay doble capítulo, siii.

Por qué? Porque pinto ah

Además cuando ya tengo listos los capítulos me desespero y no puedo evitar publicarlos, cosa que debería de cambiar porque así ustedes no duran nada con la intriga xd

En fin, me despido, gracias por leer!! <33

Bitter choco decoration || ErrorinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora