0 1 8

421 48 27
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

. . . . ° ۣۜ ᬽ 𝗬𝗼𝘂'𝗿𝗲 𝗶𝗻 𝘁𝗵𝗲 𝗸𝗶𝘁𝗰𝗵𝗲𝗻 𝗵𝘂𝗺𝗺𝗶𝗻𝗴
𝗔𝗹𝗹 𝘁𝗵𝗮𝘁 𝘆𝗼𝘂 𝗲𝘃𝗲𝗿 𝘄𝗮𝗻𝘁𝗲𝗱 𝗳𝗿𝗼𝗺 𝗺𝗲 𝘄𝗮𝘀 𝘀𝘄𝗲𝗲𝘁 𝗻𝗼𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴 |. . ° • . .
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Buchanan estaba progresando a pasos agigantados y eso la emocionaba. A pesar de que las pesadillas parecían nunca rendirse, al menos las memorias buenas ganaban la mayor parte del tiempo, porque cuando las conversaba con ella tomaban más sentido y hacía que los dos se riesen, lo que prolongaba la felicidad y le daba sanación al sargento.

—Mira —susurró ella mientras caminaban cerca del lago, por la noche, con la gigante luna de Wakanda iluminándolos.

Llevaban los pies descalzos, lo que les dejaba sentir la tierra húmeda y fresca para aquella velada calurosa. La vio con curiosidad, porque se agachó entusiasta a recoger algo del suelo a lo que le sacó la tierra con poco cuidado y solo se le quedó mirando, como si fuese la cosa más bella del mundo.

—¿Una roca?

—No es solo una roca, Buchanan —remilgó ella de modo infantil— es un guijarro.

—Ah —pronunció, como si comprendiera, lo que la hizo arrugar la nariz como puchero y queja. Él soltó una risita, aún sin entenderla, pero le pareció adorable que Arcane viera con tanta atención la pequeña piedra en sus dedos.

—Ahora es nuestra —susurró con dulzura, tendiéndosela.

La tomó solo porque le gustó lo que dijo y porque sabía que no iba a dejar de insistir a que lo tomase hasta que lo hiciera. Echó un suspiro resignado y la miró circunspecto, antes de terminar cediendo a sus ojos insistentes que lo animaban a echarle un vistazo.

Bien, no lo negaría, era una roca bonita. Era lo suficientemente pequeña como para darle batalla contra sus dedos gruesos, pero lo consiguió con éxito el admirarla con curiosidad. Poseía una textura suave y sus curvas fueron hechas con precisión gracias a la erosión. Se cuestionaba cómo es que consiguió verla.

—Es linda —admitió, haciéndola sonreír.

—Guárdala, por favor. Yo no tengo dónde —farfulló apuntando a su vestido de wakandiana que eligió ponerse esa noche. Él asintió y cuidando que no se le resbalara en el proceso, lo guardó en el fondo de su bolsillo.

Al volver a casa, más temprano que tarde Arcane se había dado cuenta de que él ocupaba un gran espacio en su vida... y se sintió extrañamente asustada y contenta por eso. No mentiría -a pesar de que era una experta en eso-, de alguna forma, Bucky Barnes llegó a un lugar al que nadie consiguió nunca dentro de ella.

Y es que, quizá era porque él estaba acostumbrado a otro ritmo y actos porque venía de una época diferente a la suya. Notaba esas cosas pequeñas que él hacía para ella sin darse cuenta y que no sabía si era mera cortesía o en verdad caballerosidades. Tal vez eran simples tonterías que le resultaban inusuales porque antes no era como que ella fuese del interés de alguien.

𝗟𝗔𝗩𝗘𝗡𝗗𝗘𝗥 𝗛𝗔𝗭𝗘 || Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora