. . . . ╱╱ 라벤더 안개 ︵ . . ⌗ ❜
꒰꒰ ❛ ❏ Bucky solo quería
ser libre y para su
fortuna, Arcane
buscaba lo mismo. ¡!~ ⌒⌒
Cuando el público comienza a cuestionar la...
Bucky nunca preguntó sobre lo que le pasó a Arcane y ella agradeció por ello.
Habían tomado la silenciosa decisión de no decir nada, pero hasta cierto punto, les había unido más aquel suceso tan terrible, por extraño que también fuese. Él entendía más lo tormentoso que era su pasado y cuan importante era para ella deshacerse de Poison Ivy, así como porque siempre prefería no mencionar nada sobre su vida antes de S.H.I.E.L.D.
Ella le parecía una pieza tan compleja y todas esas cosas que alguna vez dijo tomaron sentido. Arcane se encontraba tan desesperada como él y juntos, habían encontrado un lugar en donde permanecer a salvo, un pequeño espacio escondido en un país oculto a simple vista donde la música los envolvía junto al incienso de lavanda.
Es por eso que cuando ambos notaron a T'Challa acercarse con varios miembros de las Dora Milaje, comprendieron que su bello paraíso estaba por irse al demonio.
—¿Crees que estamos a tiempo para fingir que no los hemos visto? —Preguntó ella acercándose hasta donde James se encontraba acomodando el heno. Llevaba el pelo recogido en una media coleta que le sentaba increíblemente masculina y, además, recién se había arreglado la barba que le crecía desprolija.
Su aspecto solo le recordaba lo bien que lo habían pasado los últimos dos años, desde el primer día en que llegaron a Wakanda hasta ese; era ver el largo camino que recorrieron con todas sus altas y sus bajas que los había conducido hasta ese punto en que, bueno, ella le quería y él le quería a ella. Aún tenían muchas cosas que sanar y desde que su sexto sentido le dijo que algo malo se avecinaba, temía a que les pudiesen quitar eso que tanto les costó al fin tener.
Que les visitara el rey no era algo que les extrañase. De vez en cuando solía hacerlo T'Challa, solo para asegurarse de que estuvieran cómodos y no les faltase nada. No solo eso, sino que el wakandiano en verdad la pasaba bien en la compañía del par de americanos, a los que ya consideraba sus amigos.
Lo que sí era extraño, es que no fuese solo, sino que tuviese la compañía de un par de miembros de la guardia de las Dora Milaje y que conversara con seriedad con Okoye, ambos fingiendo que no pasaba nada cuando era más claro que el agua que no iban solo para tomar té.
—No es demasiado tarde —farfulló con una media sonrisa Barnes, mientras que Tabitha los miraba no muy a lo lejos extrañada por la tensión que presentaron, o al menos así era antes de continuar con su existencia pastando—. ¿Deberíamos llevarla adentro?
—Eso creo. Ojalá solo vengan a saludar —masculló la blonda, con un claro gesto de preocupación al cual a él le mortificó.
—No será nada —le dijo con confianza, contrarrestando un poco el sentimiento amargo que le surgía a la rubia— yo me preocuparía más por tus pasos de baile para esta noche.
