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. . . . ° ۣۜ ᬽ 𝗧𝗵𝗲 𝗿𝗼𝗹𝗲 𝘆𝗼𝘂 𝗺𝗮𝗱𝗲 𝗺𝗲 𝗽𝗹𝗮𝘆 𝗼𝗳 𝘁𝗵𝗲 𝗳𝗼𝗼𝗹
𝗡𝗼, 𝗜 𝗱𝗼𝗻'𝘁 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝘆𝗼𝘂 |. . ° • . .
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Se echó a reír, sintiendo el delicioso sabor metálico en el paladar.

—¿Es todo lo que tienes? El anterior tenía mejor derecha —parloteó entre quejidos. Le temblaban las manos a la espalda y, además, no podía enfocar bien con el ojo izquierdo, pero le encantaba sacar de quicio a los guardias y, sobre todo, las punzadas de dolor le recordaban lo que era estar viva.

Seguía viva y lucida. Eso era lo esencial. A final de cuentas, la voz en su cabeza continuaba lejana, apenas en un eco suave que no podía percibir del todo.

La balsa no era tan mala después de todo. Era mejor que cualquier otro lugar en donde hubiera estado antes. Aquellos golpes eran por entero mucho más amigables que los que conoció en el pasado. Ya llevaban días allí y sus órganos funcionaban de la manera correcta aún; tal vez tenía una costilla rota o dos, pero nada de eso haría que se olvidara de sus creencias.

Otro golpe llegó, justo a su nariz. Las lágrimas por el dolor de inmediato se acumularon en sus ojos y se entremezclaron con la sangre seca que llevaba atrapada entre las pestañas y los párpados. Un día más en rojo no iba mal si era el precio que pagar por defender lo que ella...

Con un carajo, ¿qué tenían los guardias con tocarle las tetas?

Después de unas horas, había vuelto a su celda, donde perdió más tiempo solo yendo de aquí para allá entre las cuatro paredes. Se había dejado recostar en el suelo y allí mientras veía el techo, pensó en lo bonito que era el cielo en los días claros, con las nubes esponjosas adornando el amplio y magnifico lienzo azul celeste.

Sonrió.

There's a little girl in this little town —susurró al aire, con el vago recuerdo invadiendo su mente, tratando de consolarse a sí misma cuando pequeña— with a little too much heart to go around...

Los aplausos llegaron de pronto, lo que la hicieron saltar de su lugar y seguido de ello, la voz de Clint resonó con fuerza por el complejo. Se arrastró por el suelo y trató de ver hacia donde sabía que él se encontraba, solo para ver a Tony de pie con una bonita chaqueta de cuero, hablando con su amigo con extraordinaria habilidad para la arquería.

—¿Cómo estás? —Preguntó Stark cuando se detuvo frente a ella, quien lo miró desde su lugar en el suelo, antes de sonreírle.

—Mejor que nunca, ¿no te parece? —Respondió burlona, alzándose de su lugar con lentitud.

Iba despeinada, la sedosa melena dorada iba revuelta a tal grado que parecía una demente con esa sonrisa gigante en sus labios rellenos. No parecía ser la misma Vigilante a la que conocía. Era un lado trastornado de ella de la que solo sabía por rumores. Era la serpiente oculta aguardando a por nuevas órdenes después de su castigo.

𝗟𝗔𝗩𝗘𝗡𝗗𝗘𝗥 𝗛𝗔𝗭𝗘 || Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora