. . . . ╱╱ 라벤더 안개 ︵ . . ⌗ ❜
꒰꒰ ❛ ❏ Bucky solo quería
ser libre y para su
fortuna, Arcane
buscaba lo mismo. ¡!~ ⌒⌒
Cuando el público comienza a cuestionar la...
Su primer paso para tomar el valor para ir a verlo fue beber.
Había tomado una copa de vino y colocó algo de música para ambientarse y relajar los músculos porque las ansias la estaban carcomiendo entera. Una copa no era suficiente y dos eran prácticamente ninguna, así que terminó tomándose otra y cuando cayó en cuenta de que realmente el alcohol no le causaría ningún efecto, terminó empinándose la botella para poder liberarse de tensiones mientras el olor de la lavanda volvía a inundar el lugar.
Se dio cuenta de que lo extrañaba en serio porque pronto pudo recordar con claridad el sabor de sus besos, la textura de sus labios y la forma en que su tacto quemaba cuando su mano se encontraba aferrándose a su cintura, en que la ponía a flotar cuando juntos se reían y bailaban por el lugar incluso si era música que él desconocía.
Era sorprendente como haciendo algo que en realidad ya era su pasatiempo, él pudiese volver a su mente con la misma fuerza que la de un tifón.
Tras darse un baño y haberse perfumado y cepillado el pelo, se vistió con uno de esos vestidos típicos de Wakanda para darse prisa. Ya era de noche y parte de ella quería creer que de casualidad podría encontrarlo en el lago cosa que, para su mala fortuna, no fue así.
Caminó por un rato, en los que habló consigo misma en un intento por practicar. No perdió los ánimos y se preguntó si era a causa de ella o que por primera vez el vino al fin le hizo efecto y su regeneración falló. Tal vez solo se estaba volviendo loca. Sí, podía ser eso.
—¿Peacock? —Escuchó que la llamaron a sus espaldas después de un rato.
Había decidido —muy cobardemente— quedarse más tiempo para como de costumbre ver el cielo nocturno, antes de encaminarse en su travesía. Tal vez de ese modo encontraría el valor para confrontarlo y ser honesta sobre lo que sentía; es que tampoco era una mentira que se hallaba confundida y no entendía nada de eso. ¡¿Cuántas veces tendría que repetir que no estaba hecha para algo así, para sentimientos?!
Sin embargo, con el vuelco en el corazón que le dio cuando lo escuchó, quizá esa era la oportunidad perfecta para dejar de echar las cosas a perder. Ella lo estaba arruinando una vez más y a pesar de todo, él continuaba allí.
—Buchanan —saludó en voz baja, notándolo avanzar en su dirección con cautela, extrañado porque de cierto modo... le parecía que lloraba en silencio.
Y sí lo estaba haciendo, solo que ni ella se dio cuenta.
—¿Estás bien?
—Estoy bien —respondió, a pesar de que ambos sabían que mentía.
