. . . . ╱╱ 라벤더 안개 ︵ . . ⌗ ❜
꒰꒰ ❛ ❏ Bucky solo quería
ser libre y para su
fortuna, Arcane
buscaba lo mismo. ¡!~ ⌒⌒
Cuando el público comienza a cuestionar la...
Sintió entusiasmo verdadero corriéndole por las entrañas y miró por encima de su hombro a Bucky, para comprobar que estaba viendo lo mismo que ella. Él observó todo con clara expresión de no entender lo que ocurría, lo cual le era hasta cierto punto adorable considerando que él era nuevo en ese mundo de dioses nórdicos y extraterrestres, sin embargo, poco le duró el gusto cuando de nuevo se vieron de vuelta en la pelea.
No tuvieron ni tres segundos extras para respirar porque de nuevo, esas bestias les atacaron abalanzándose sobre ellos, los guardias y las Doras. Tuvieron que verse corriendo para alejarse y ayudar al resto, disparando sin piedad y golpeando sin miramiento.
A Poison Ivy le hubiese gustado mucho hacerlo todo a su paso.
Al verse rodeados, se tuvieron que detener y se colocaron espalda con espalda, protegiéndose el uno al otro, en tanto la extraña creaturita que acompañaba a Thor se les unía buscando apoyo.
-¡Ah, tomen esto bestias espaciales! -Gritó el animalejo, al que pronto se dio cuenta que era un mapache.
Para su desgracia, es que iban directo a él tres de esas monstruosidades a las que tanto insultaba. Arcane y Bucky lo vieron a tiempo, así que Buchanan se apresuró a sujetarlo por el chaleco, alzándolo a la altura de su hombro mientras que Peacock se acuclilló, aferrándose a su arma para disparar mientras que el par giraba a sus espaldas, disparando sin control alguno y haciendo caer a esos seres feos al suelo.
Se alzó de su lugar quitándose el pelo de la cara, notando a Bucky agitado.
-¿Cuánto por el arma? -Preguntó el mapache.
-No está a la venta -respondió rápido James y a Cane le sorprendió que le pudiese responder con tanta naturalidad al mapache que podía hablar.
Ella se le quedó mirando, todavía sin terminarlo de razonar.
-Okey, ¿y por el brazo? -Continuó.
-Ah no, hermano, consíguete el tuyo -farfulló la blonda con una sonrisa, antes de echarse a andar hacia la pelea con Barnes siguiéndola de cerca.
-Va a ser mío -se burló decidido el animalillo, haciéndolos reír.
Él se movía igual a un soldado, pero con mucha más vitalidad y experticia con esa rudeza que le caracterizaba al golpear y de una manera que a la mutante le pareció fascinante. Por su parte, ella combatía con la gracia de una gimnasta ante su agilidad sorprendente manteniendo la elegancia de una bailarina. Ambos se movían a su propio ritmo y se quedaron cerca del otro como prometieron, cuidándose incluso cuando se apartaban para rápido regresar a trabajar en equipo.
