. . . . ╱╱ 라벤더 안개 ︵ . . ⌗ ❜
꒰꒰ ❛ ❏ Bucky solo quería
ser libre y para su
fortuna, Arcane
buscaba lo mismo. ¡!~ ⌒⌒
Cuando el público comienza a cuestionar la...
Bruce cayó al suelo derrotado y el guantelete quedó lejos de ellos después de que Clint le diese una patada ante la incertidumbre de lo que podría causar a pesar de estar completamente dañado. Todos corrieron de inmediato a socorrerlo, menos ella, que se quedó como esfinge viéndolo todo, con una extraña sensación corriéndole por el cuerpo.
—¿Sí funcionó? —Fue lo primero que pudo preguntar y quizá esa era la razón por la cual no se podía mover, porque le daba miedo averiguarlo.
Era un pánico que la hizo congelarse. ¿Qué iba a hacer si no funcionó?
Las compuertas se abrieron entonces de nuevo y el sol de la tarde les iluminó. Algo vibró a unos metros de ellos y ella permaneció de todas formas estancada.
Por más que quería moverse, no pudo. Sus piernas se quedaron ancladas al suelo.
Pero de pronto una sombra empezó a cubrirlos con lentitud y eso la sacó de su ensoñación. Fue raro que eso fuera lo que le despertara de su letargo, pero pronto alzó la vista y lo que vio, la hizo al fin saltar.
En cuestión de segundos, una docena de explosiones destrozaron todo el complejo. Un misil seguido de otro y otro y otro, uno tras otro, acribillándolos sin piedad. El suelo bajo ellos se partió y los dividió a todos. Saltó por inercia hacia donde creyó que estaría estable, pero todo se vino abajo y lo único que supo fue que recibió golpe tras golpe de piedras y más que le generaron punzadas en cada zona de impacto.
No sabía en donde estaba y lo peor es que no podía ver a nadie de sus compañeros. Ellos pedían socorro por medio de los intercomunicadores, pero no sabía ni en dónde comenzar a buscarlos porque ni siquiera ella sabía en dónde fue que cayó.
Caminó por el medio de los escombros y los charcos. Se sintió mareada. Varios cables echaron chispas encima de su cabeza. Se movió con cautela, notando que algo de sangre salió de una herida ya sanada de su frente. No lograba escuchar nada más que sus propios pasos, las rocas acomodándose y algo goteando por allí.
—¿Arcane? —Le llamaron y por su tono, apostaba a que era Scott— ¿alguien me puede oír?
—¡Scott! —Gritó, sin saber si lo encontraría en grande o pequeño.
Seguro que estaba sufriendo de una especie de contusión o parecido, porque la cabeza le martilleaba de una manera peculiar y sin duda sus emociones le eran algo turbias en ese momento. Arcane sabía que no estaba siendo ella misma, pero de todas formas, era tan extraño todo lo que pasaba que ya se comenzó a cuestionar si debía olvidarlo o dejarlo ser.
