. . . . ╱╱ 라벤더 안개 ︵ . . ⌗ ❜
꒰꒰ ❛ ❏ Bucky solo quería
ser libre y para su
fortuna, Arcane
buscaba lo mismo. ¡!~ ⌒⌒
Cuando el público comienza a cuestionar la...
Por una cuestión de segundos todo lo que vio fueron cientos de colores y figuras extrañas mientras su cuerpo fue succionado por una fuerza desconocida en medio del túnel cuántico. Las luces se veían asombrosas a través del cristal de su casco y el corazón le bombeaba fuerte en el pecho con los cientos de cosas que veía.
Sus pies se plantaron firmes en el suelo, pero el resto de su cuerpo no. Sus palmas apenas pudieron reducir el impacto de su caída, sin embargo, se pudo colocar de cuclillas para admirar el paisaje que se expandía delante de ella.
Era una tierra árida compuesta de puras rocas imperiosas, plantas secas y mucha neblina. En el cielo sobre ellos se extendía un atardecer que prometía ser eterno; las estrellas se alcanzaban a ver ante la atmosfera libre de cualquier otra luz artificial y a sus espaldas si lo enfocaba había nada más que satélites y un paisaje extraordinario.
El planeta era Morag y el año 2014. No se imaginó volver a esa época. Se cuestionó que estaba haciendo la Cane de ese tiempo en la Tierra. Si no se equivocaba, era cuando estuvo trabajando en ese pequeño consultorio médico que tanta estabilidad le dio hasta la llegada del Captain America pidiendo su apoyo.
Sabía que lo conseguirían, pero, por otro lado, no podía creerse que lo consiguieron. Funcionó.
—Este es el jetlag más extraño que he tenido —le dijo a Nath cuando estuvieron preparando las naves para sus viajes. Arcane iría con Rhodie y con Nebula por la gema del poder mientras que Natasha y Clint irían por la gema del alma. Estaban ansiosas y no podían dejar de sonreír.
Pero eso sí, los susurros solo se incrementaron en la cabeza de Peacock.
—Ya verás como ese jetlag habrá válido la pena —farfulló coqueta, lo que hizo que la blonda se riese como idiota, entusiasmada con todo lo bueno que traería revertir el chasquido de Thanos— promete que los cuidarás bien —pidió con suavidad entonces al ver a sus amigos, quienes jugueteaban al preparar todo para las naves que usarían.
—Prometido —farfulló Cane y las dos se dieron un fuerte abrazo— tú también. Cuídate y cuídalo mucho —masculló.
El par de amigas permanecieron en aquel reconfortante gesto por unos instantes en los que los demás prefirieron no intervenir y concluyeron en lo suyo dándoles espacio. Era significativo después de lo ocurrido durante esos años, lo duro que fue compartir el dolor por la perdida y las memorias, que se apoyasen y que se cuidaran la una a la otra aún con todo el sufrimiento.
Prosiguió por ir con Clint quien le sonrió antes de estrujarla en un abrazo. Se le veía la desesperación en el rostro y a pesar de ello, los dos se dieron palabras de aliento antes de que sus caminos se separasen.
