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Sanji un hombre de veinticinco años de edad, era dueño de un restaurante, que por cierto era muy famoso en la ciudad, de vez en cuando pasaba por ahí, ya que tenía de encargado a su padre Zeff, uno de los mejores Chef's.

Tenia una pasión por cocinar, lo que había decidido dedicar su vida a ello por completo, le gustaba ver a las familias felices degustar de su comida y ver sonrisas en sus rostros.

Con la ayuda de su padre Zeff hizo su sueño realidad, que era abrir un restaurante que en menos de un año se hizo muy conocido y gente de toda clase social iba a visitarlo.

Mientras su vida personal era bastante privada, lo único que sabía la gente era que estaba casado con una linda bailarina de flamenco.

Ella era Violet, maestra profesional en ese arte, llevaba compartiendo dos años de su vida junto a ella en matrimonio,uno que al principio era muy feliz, pero luego el verla todos los días se volvió una rutina.

Se conociero ya hace bastante tiempo, en el tiempo dónde Sanji era un mujeriego y al mantener una relación con ella sentó cabeza.

La primera impresión que tuvo de ella fue la gran pasión por el baile ya que de esa forma la conocío, en el gimnasio de la universidad en la que asistían ambos.

Sanji de inmediato sintió una fuerte atracción por ella que fue inevitable cortejar su belleza.

Por suerte Violet sintió lo mismo en ese momento por lo que meses después mantenieron una relación, luego años más tarde se unieron en matrimonio.

El viejo Zeff se alegro bastante al recibir la noticia de su hijo y su nuera, le alegraba escuchar que al fin su hijo se comportaría y sentaría cabeza de una buena vez, era consciente que su hijo era todo un don Juan.

Le dio su bendición a ambos y los acompañaría hasta dónde pudiera acompañarlos.

La pareja de jóvenes habían estado bastante contentos en ese entonces.

Violet sabía lo mucho que Sanji lo apreciaba y le alegraba ver su felicidad.

Por otro lado al estar ya dos años juntos nunca habían hablado sobre tener hijos, a Sanji sinceramente no le importaba por lo que nunca sacaba ese tema, mientras que Violet menos, era una mujer muy ocupada, no tendría tiempo para criar a un niño,y para ella el tener un hijo era una responsabilidad muy grande con la que aun no podia lidiar, nadie los presionaba, así que ellos estaban bien así.

Vivían en una linda casa, nada extravagante más bien, hogareña, era una casa no muy grande, solo eran ellos dos, no necesitaban una mansión, pero en dado caso que algún día llegasen a tener una gran familia, cambiarían su hogar por uno más grande, aun sin exageraciones.

Era un día tranquilo, ambos descansaban de sus respectivos trabajos asi que se mantenían relajados en la sala de su casa viendo alguna película que encontraron por ahí.

Sanji dejo su brazo sobre los hombros de la mujer mientras que ella estaba recargada en el cuerpo de su amante.
Violet de verdad estaba concentrada viendo la pantalla, sus gestos cambiaban cada que pasaba algo interesante, Sanji despegaba su vista de la televisión solo para ver el rostro de su linda esposa, verla a ella era mejor que cualquier película.

Ninguno de los dos decía nada, solo veían la película sin interrumpir, preferían ver películas en casa que salir a un cine, tenían más privacidad.

Así fue hasta que se acabó.

-¿estuvo buena no crees?-dijo la pelinegra.

-Si, solo que no esperaba ese final.

-Sanji, a ti nunca te gustan los finales de las películas.-rio.

-Pero de verdad este daba para más.-rio también el rubio.

-Por cierto, hay unas personas que te quiero presentar.-sonrió.

-¿a si? ¿A quiénes?-pregunto el rubio con curiosidad.

-A mi mejor amiga, Hiyori y a su esposo.

-¿Hiyori? Oh, recuerdo que me la mencionaste, pero nunca la has traído a casa.

-Lo sé, estos últimos meses nos volvimos muy amigas, ya conozco a su esposo y tal vez te caiga bien.-sonrió.

-¿Crees?-preguntó.

-Es que, el es muy serio, además tiene cara de pocos amigos.

-Esta bien, podemos salir cuándo tu lo digas.

-Perfecto, ellos son como nosotros, un matrimonio sin hijos, hablaré con ella y nos pondremos de acuerdo para salir.

-¿que tal si preparo una cena y los invitas a casa?

-¿Estás seguro de eso?-pregunto Violet sorprendida.

-Si, digo ¿porqué no?-alzo los hombros.

-¡Claro es perfecto! Así sabrán la maravilla de comida que preparas.-sonrió.

-No me gusta presumir pero...ya sabes.-rio.

Violet se levantó del sofá, sacó su celular comenzando a teclear algo.

-Bien, justo ahora los invite, esperare su respuesta. -sonrió.

Sanji se sentía feliz al ver a su mujer feliz, sabía que esa tal "Hiyori" era especial para ella, siempre le contaba anécdotas que vivía a su lado, parecían dos adolescentes tratando de divertirse, seguramente le agradaría.

Mientras que la pareja, se escuchaba todo un amargado.

En fin, no iba a juzgar a alguien sin antes conocerlo.

Trataba de averiguar qué había en su cocina, mientras pensaba que haría para la cena, había mucho por preparar, de verdad que quería sorprenderlos, al parecer Violet ya les había hablado bastante de él y de como cocinaba, no iba a quedar mal.

-¿Crees que estaría bien que preparara lasaña? ¿O es muy simple?-Pregunto Sanji al ver a su esposa entrar a la cocina.

-¿Mmmh? Yo pienso que cualquier cosa que hagas está bien, no te preocupes mucho por eso.

-Quiero que la cena sea perfecta.

-Hey, te precupas más tu que yo- se quejo mientras reía.

Sanji no pudo evitar soltar una risita,admitía que era bastante perfeccionista a la hora de cocinar.

-Por cierto, aceptaron venir mañana por la noche.-sonrió.

-perfecto, seguiré pensando en que cocinar.

-no lo pienses mucho, solo que no sea algo pesado para el estómago.

Aquella mujer salió de la cocina dejando a Sanji nuevamente solo.

No siempre Violet llevaba gente a su casa, por lo que quería impresionar a las visitas y eso es lo que haría, nunca decepcinaba a los jueces.

Por algo era el mejor Chef.


















aquí una nueva historia 🫶

COMPROMISO//ZOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora