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La mujer se veía molesta, cruzo sus brazos mirando fijamente al rubio esperando a que hablara.

Sanji no decía nada, no salían las palabras de su boca, la razón era, que no sabia que decir.

No tenía idea si lo había visto salir de aquella habitación y eso era lo que lo ponía nervioso.

-¿donde estabas?-pregunto la mujer al no tener respuesta del rubio.

-Y-yo salí a caminar.-invento cualquier excusa.

-¿a esta hora?-contestó.

-¿que tiene que ver la hora?

-¿que tiene que ver? Ya es tarde y tuviste que esperar a que yo me quedara dormida para irte.

-Claro que no, solo se me ocurrió y ya.-Sanji siguió caminando a su cuarto dejando a la castaña atrás.

-¿Estas ignorandome?

-Estoy cansado, déjame en paz.-entro a la habitación con la mujer detrás de él.

-¿te viste con alguien? ¿Acaso tu me estas engañando?-Sanji se detuvo en seco.

-N-no, claro que no, ademas ¿cómo voy a verme con alguien mas si no conozco a nadie aqui?-No pudo evitar tartamudear.

-Esta bien Sanji, olvidare todo esto solo para no discutir, además, ¿porque ya no llevas tu anillo?

-Ya sabes, me lo quito cada que estoy en el restaurante, olvidé ponérmelo.-por cada pregunta que hacía, lo ponía cada vez más inquieto, algo que dijiera mal y se acababa todo.

-Entonces si eres sincero, dime que no me engañaste.

-no te engaño.-dijo apartándo la mirada.

-Mírame a la cara y dilo de nuevo.

Sanji trataba de decirlo pero las palabras se quedaban atoradas en su garganta.

-Si no lo dices, tomaré eso como un...

-¡No te engañe!-levanto la voz.-no te engaño...

Violet se sobresalto, Sanji nunca le había levantado la voz,ni siquiera un poco y ahora que lo hacia le dio un leve susto.

-S-solo no te atrevas arruinar estas vacaciones.-advirtió.

La mujer se había ido, mientras que Sanji se quedó desconcertado, nunca se había visto en una situación como esa, no pensó que tenía que mentirle de esa manera a su mujer y menos en su cara.

Se sentía frustrado, si alguien supiera de su situación solo le diría algo como "solo dejala y ya" pero la verdad es que no era algo fácil.

Le iba a costar bastante solo dejarla.

Tampoco podía decirle la verdadera razón del porque quería dejarla, eso también afectaría al peliverde, se sentía harto de mentir, de ocultarle cosas y tener que verla a la cara después de traicionaria, pero sus miedos podían más.

Un nuevo día comenzó, el peliverde se encontraba caminando semidesnudo por el pasillo tratando de encontrar la habitación de su esposa hasta que la encontró.

Ella al verlo se sobre salto cerrando la puerta detrás de él cuándo ya había entrado.

-¡¿Q-qué te pasa?!, ¿porqué estás caminando desnudo por el pasillo?

-Estaba por entrar a la ducha, no había agua y vine a ver si había aquí.

-La hay, pero debiste cambiarte primero antes de venir aquí, ¿sabes que hay niños en este motel?

COMPROMISO//ZOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora