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Días antes del incidente con Sanji.

Zoro se encontraba con su padre, un hombre de carácter fuerte y con un semblante siempre serio. Era uno de los empresarios más importantes de la ciudad y dueño de varias escuelas de Dojo, una de ellas era donde Zoro trabajaba.

Mihawk un padre de carácter desde que tuvo a su primer hijo, este era Zoro, que desde niño carecía del afecto paterno ya que este era demaciado indiferente con el, siempre enseñándole a ser fuerte y que algún tipo de sentimiento era ridículo, eso solo lo haría verse débil.

Era una de las razones por las cual al peliverde se le complicaba ser expresivo.

Zoro tenía muchas cosas de las que hablar con ese hombre, una de esas era, su matrimonio.

Estaban frente a frente en la oficina de su padre, el hombre se mostraba serio como siempre, el peliverde con el tiempo aprendió a no sentirse intimidado por el.

-Bien,¿me dirás el motivo de tu visita?-pregunto el hombre de cabello oscuro.

-Yo...quiero divorciarme de Hiyori.

-Sabes que solo quererlo es imposible ¿verdad?

-Tengo cinco años de mi vida con ella, ¿cuanto tiempo más tengo que aguantar?

-Te digo que es imposible, te casaste por una razón y te lo agradezco, gracias a eso estoy donde estoy.

-Si, se que solo me utilizaste.

-Más bien, me ayudaste, no te agradecí por eso hijo mio.

-¿Me dirás porque es imposible?

-Más bien, dime tu la razón del porque te quieres divorciar, ¿es que hay alguien más?

-No.

-¿seguro de eso? Bueno, es imposible ya que es ella la que tiene que pedirte el divorció primero, ella no lo hará así que resignate a pasar el resto de tu vida junto a esa mujer.

-Estoy cansado, ¿puedes hacer al menos algo por tu hijo?

-No voy arriesgarme a perderle todo y tu tampoco quieres eso.

-¿Porque lo dices?

-Eres heredero de una fortuna, una vez que te separes de ella ya no tienes nada.

A Zoro no le importaba el dinero, más bien era su trabajo, amaba lo que hacía y que un día a otro se lo quitaran todo, no sabría cómo reaccionar.

-No me decepciones hijo.-sonrió frío.

Actualmente.

Zoro se encontraba en su trabajo, estaba bastante distraído, sus alumnos lo veían pensativo, como si estuviera en otra galaxia fuera de este planeta.

De un momento a otro el peliverde reaccionó, disculpandoce con todos por haberse distraído, ya que al estar en un deporte de máxima concentración parecía una falta de respeto.

Tenía días pensando en lo sucedido con Sanji, recordaba su cara de decepción, como sus ojos querían llorar y se aguantaba, pero lo suyo no podía ser, ya se lo había dejado claro Mihawk.

No se lo permitiría.

Tendría que resignarse a pasar el resto de su vida junto a una mujer que no amaba tal y como su padre se lo dijo.

Tenía que olvidarse del rubio de una vez, algo que le parecía imposible, estaba empezando a sentir sentimientos que durante toda su infancia y adolescencia le habían echo creer que era un débil por sentir.

-solo era un juego.

-¿eso te parecía un juego?

-Cejitas, ¿que creías que era?

-Crei que también te gustaba.

-Perdón por haberte hecho ilusiones.

Recordaba cada palabra que había salido de su boca, y se sentía tan idiota por ello.

Quería ir por el y decirle todo, que también correspondía sus sentimientos.

Que también sentía mucho por el.

Pero había un problema más, sabía que Sanji era un cobarde y tampoco se divorciaria.

♥︎

Sanji despertó, era medio día y no quería pararse de la cama, pero los gritos de su esposa eran insoportables, era la razón por la cual se había despertado.

Bajo sin ganas, y como pudo llego hasta donde se encontraba, en el comedor de la cocina, y ella al verlo se sobre salto.

-¡Sanji! Pareces un muerto.-dijo ella al verlo.

Tenía razón parecía un muerto, su apariencia se veía descuidada, sus ojeras se veían bastantes pronunciadas, su cabello despeinado y su piel pálida.

Si recordaba bien, se había estado descuidando desde el día después que Zoro lo rechazo.

Y eso ya había sido desde hace cuatro días.

-Ya casi se acerca la fecha de mi cumpleaños, obviamente tienes que verte bien y no así.-dijo mientras lo barría con la mirada.

-Lo siento, tomaré un baño.

Sanji se desnudo por completo, las lagrimas de sus ojos azules comenzaban a salir mezclándose en el agua que bajaba por su cuerpo.

Se sentía usado, un experimento, sentía varias emociones al mismo tiempo que lo único que quería hacer era llorar, no quería darle la cara a su esposa, ella lo conocía bastante bien y seguramente se daría cuenta de lo que pasaba.

Por lo que salio del baño y se aseguro de que no estuviera ella cerca y se fue a su habitación, había perdido la cuenta de cuantas noches llevaba durmiendo separado de su esposa desde la vez que esta se enojo con el y lo mando a dormir a otra parte.

Pero se sentía cómodo, le gustaba estar solo y tener espacio para el al dormir.

No le veía problema.

Así, tendría más tiempo de pensar.

Y sentirse con la libertad de llorar.

Las palabras del peliverde estaban clavadas en su cabeza,

-solo era un juego.

No lo creía, sabía que era una mentira, Zoro siempre se expresaba de otra forma cuándo estaban juntos.

Era otra persona, pudo notarlo al convivir con el y su esposa, ahí había un problema.

No pensaba dejar las cosas así.




















¿Como están?
Esta cortito pero espero que les guste .♡

COMPROMISO//ZOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora