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Finalmente llego el cumpleaños de Violet.

Sanji junto a los amigos de la castaña y su padre le organizaron una fiesta, donde había mucha gente, comida, alcohol y la música se encontraba al máximo volumen.

Violet se veía contenta al lado de sus amigos y Sanji no podía evitar sentirse bien con eso.

Junto a él estaban sus mejores amigas, Viví y Nami que también habían sido parte de la organización.

-¡Sanji!-Viví corrió abrazarlo.-al parecer todo salio bien ¿verdad?

-Si, hay mucha gente, no creí que vendría tanta.-dijo mientras veía al rededor.

-Vayamos por más alcohol, antes de que se acabe.-Dijo Nami mientras los jalaba a ambos.

Los tres habían empezado a competir, el que bebeiera más sin que terminaba ebrio ganaba, pero Sanji no quiso competir más, no quería terminar ebrio tan temprano.

-¡Sanji amor!.-Era Violet.

-¿te estás divirtiendo?-pregunto el rubio.

Mantenia el cuerpo de su esposa agarrado de la cintura.

-¡Si! Necesitaba hace tiempo una fiesta.

La mujer lo llevó a bailar junto a ella, y aunque Sanji no fuera un experto haciéndolo lo intentaba.

De un momento a otro se le ocurrió ver entre la multitud de gente, sus ojos toparon con unos que le llamaron la atención.

Y al verlo bien se pudo dar cuenta que era ese peliverde.

Por suerte los amigos de Violet se habían acercado llevándosela a bailar, así pudo separarse de ella.

Sanji necesitaba otro trago urgente, Hiyori desde luego que estaba invitada,pero no esperaba ver a Zoro ahí, y menos después de lo que pasó en el restaurante.

Algo que le parecía muy descarado de su parte aparecerse por ahí.

Una vez más se topo a Nami y a Viví, ellas seguían en su juego.

-Chicas.-dijo Sanji.

-¿Oye ya viste quien esta aquí?-dijo Nami un poco ebria.

-A eso venía, el esta aquí.

-¿el? ¿Zoro?-Sanji asintió.-No puede ser.-dijo Viví.

-¿quieres que lo corramos?-pregunto la peliroja.

-N-no, veré que hago.

Las volvió a dejar solas, buscaba con la mirada al peliverde, pero no encontraba ese color de cabello tan llamativo, pero después de observar bien pudo verlo a lo lejos, y cuando estaba por acercase alguien lo tomó de la muñeca.

-Sanji, necesito hablar contigo.-Era Zeff.

-¿q-que pasa?-seguía viendo a la dirección en la que estaba el peliverde.

-Quiero agradecerte por esto, Violet se le ve bastante feliz.

-¿a si?.-seguía igual de distraído.

Y Zeff pudo darse cuenta de eso.

-¿buscas a alguien?-pregunto confundido.

-N-no, dímelo.-puso ahora si, toda su atención en el viejo.

-Tengo que irme, solo quería agradecerte por seguir mi consejo y festejarle a tu querida esposa de esta manera.-sonrió.

Sanji pudo ver de lejos, como el peliverde subía a la planta alta.

-Maldita sea este ya se perdió.-dijo en un susurro.

-¿dijiste algo?-pregunto Zeff.

-¡N-no! Que te vaya bien viejo, vuelve cuándo quieras, me haré cargo de que Violet disfrute de su noche.-sonrió mientras iba corriendo a las escaleras después de que Zeff se fue.

Subió a la planta alta tratando de buscarlo, caminaba por los pasillos hasta que se lo topo frente al puerta de su habitación.

-¿que haces aquí?-pregunto Sanji.

-¿aqui? Trato de encontrar el baño.

-No idiota, que haces aquí en mi casa.

-Vine a verte ¿no es obvio?

-Déjate de bromas, tu presencia me molesta así que vete.-dijo parándose justo enfrente de él.

-¿Sigues enojado por lo del restaurante?-dijo mientras hacía un puchero y cruzaba sus brazos.

-No se porque haces esos berrinches en público.

-No era un berrinche, en verdad me enoje.-Volvió a tomar su postura sería bajando sus brazos.

-¿enojado? ¿Enojado porqué hice lo que tu hiciste primero? Solo abrace a mi esposa tal y como tu lo hiciste, después hiciste un berrinche cómo el de un niño, aun no he tenido una disculpa por eso.-se cruzo de brazos.

-Cállate Cejitas.

-Tratas de callarme porqué sabes que tengo razón, tu mismo fuiste el que me dijo que no eramos nada.

-No lo somos.

-¿entonces que haces aquí?

-Ya te lo dije, quería verte.

-¿para qué? ¿Para burlarte de mi?

-El tiempo que no nos vimos estuve pensando muchas cosas, estaba confundido y ahora tengo claro lo que siento.

-¿que dices?

Zoro se acercó al rubio tomándolo por ambas mejillas, Sanji trataba de separarse pero el peliverde lo tomaba con fuerza.

-Sueltame.

-Déjame besarte.-dijo Zoro susurrando en sus labios.

-N-no.-Era tarde, el de pelo verde ya había puesto sus labios sobre los contrarios saboreando una vez más sus besos.

Sanji no podía resistirse, también había extrañado ser besado así por el.

Pero era peligroso, había mucha gente en esa casa y si alguien los veía se correría el rumor por toda la fiesta.

Atrás de ellos había una puerta, una que daba a la habitación del rubio, giró la perilla entrando, llevando a Zoro con el y cerrando rápidamente.

El candado de la puerta había sido puesto por el peliverde.

En ningún momento se habían separado, seguían besándose apasionadamente, sus lenguas chocaban en cada movimiento, los dientes del rubio mordian los labios del moreno dejándolos levemente hinchados.

-Agh!-gimio Sanji entre el beso.

Las manos de Zoro empezaban a recorrer el cuerpo de Sanji, deteniéndose en su trasero.

-¿Porque me haces esto?-preguntó Sanji, estaba comenzando a calentarse,al mismo tiempo que de sus ojos empezaron a brotar lágrimas.

-N-no, no llores.-Zoro trataba de quitar las lágrimas.

-¡¿Porqué me haces esto?!-levanto la voz alejándolo de él.

-porqué tambien me gustas.-dijo Zoro.

-Mentiroso, eres un puto mentiroso.-dijo el rubio molesto.

-No estoy mintiendo, de verdad lo hago, me di cuenta que en verdad me gustas, me acerque a ti desde un principio por la misma razón, porque me enamore de ti.

Zoro sintió la confianza de acercarse y lo hizo, Sanji lo abrazo pegandolo a su cuerpo manteniéndolo cerca.

-Me gustas mucho Sanji...-acarició su cabeza lentamente.

‐También me gustas Zoro, y es una tortura.-Sanji al fin había dejado de llorar.

-al igual que tu, tenia miedo de confesar mis sentimientos por ti, pero al fin lo hago, al fin puedo decir que quiero estar contigo.

-También quiero estar contigo.-los ojitos de Sanji eran cómo los de un cachorro, se veía la sinceridad en ellos, y la ilusión que tenían.

-Demuestramelo.-dijo Zoro.

-Y-yo no se cómo...-dijo el rubio viéndolo a la cara.

-Se mio Sanji, dejame hacerte mio.

COMPROMISO//ZOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora