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Esta vez Hiyori invito a su amiga Violet a su casa, tal vez no sería una cena tan maravillosa como la que el rubio había preparado, pero de verdad se había esforzado.

Había echo algo básico, olía delicioso y el sabor también era bueno, Zoro se adelanto a probar un poco de aquella cena, aprobando lo bien que sabía.

-¿está bueno?-pregunto.

-Esta mejor de lo que pensé.-dijo al terminar de tragar.

-Come con la boca cerrada no seas grosero.

Zoro se echo a reír por el regaño de su esposa.

Ambos habían empezado a juguetear en la cocina, salpicando pequeñas gotas de salsa del espagueti, entre risas y juegos se dieron cuenta lo bien que se llevaban entre ellos sin tener que meter interés romántico.

Al darse cuenta del desastre que habían ocasionado fueron a limpiarse rápidamente.

Ya se encontraban limpios y cambiados, solo esperaban a que la pareja llegara en lo que ellos se distraian con cualquier cosa.

No paso mucho tiempo cuando el timbre de la puerta sonó, Hiyori salio a recibirla.

-¡Violet!-extendió sus brazos.

-¡Hiyori!-de igual manera abrió sus brazos para acercarse a ella y juntarse en un abrazo.

-Traje un rico postre.-dijo la morena extendiendo una tarta.

-¡Se ve delicioso! Pasen, pasen.

Ambas amigas entraron mientras que Zoro y Sanji estaban aún en el marco de la puerta.

-Con ellas presentes no a pasado nada entre nosotros ¿esta bien?-dijo Sanji.

-Oh, admites que paso algo.

-No es lo que quise decir.-frunció el seño.-sabes a lo que me refiero.

-Esta bien cejitas, no tienes porque decirlo.-Se hizo a un lado y lo dejo pasar cerrando la puerta detrás de él.

Los cuatro amigos se encontraban cenando mientras hablaban de algún tema, Violet contaba la historia de cómo había conocido a Sanji, algo que le irritaba al peliverde.

El quería contar la vez que masturbo a su esposo justo en esa misma casa, pero por obvias razones se quedó callado.

Zoro se empezaba aburrir, habían terminado su comida, no quería ser grosero y tampoco se levantó de la mesa.

A su cabeza vino una idea, justo enfrente de él se encontraba Sanji, concentrado en su comida.

Zoro saco su pie de su zapato y empezó acariciar la pierna del rubio lentamente intentando provocarlo, Sanji se sobresalto por aquello, no esperaba que Zoro hiciera de las suyas enfrente de ambas mujeres, cómo pudo disimulo.

Zoro subió su pie tocando sus muslos y luego su entrepierna, Sanji estaba entrando en pánico, empezaba a sentir el roze en su pene, por lo que se levantó rápido tratando de cubrirse.

-¡Necesito ir al baño!-dijo Sanji, ambas mujeres lo miraron al ser interrumpidas de su platica.

-Te llevo.-dijo Zoro que por debajo de la mesa se puso nuevamente su zapato.

-No, puedo ir solo.-dijo al verlo.

-Ni siquiera sabes dónde es Sanji.-Dijo Violet.

Sanji se dio por vencido dejando que el peliverde lo guiará.

Al estar frente a la puerta Zoro la abrió entrando junto a Sanji, lo acorralo contra el lavamanos empezando a besarlo desesperadamente.

Sanji se dejó llevar por aquel beso, no iba a negar que tenía ganas de que eso pasara, en realidad estaba ansioso y ahí estaba, besándose con el esposo de la mejor amiga de su esposa.

Zoro lo sentó sobre la seramica del lavamanos metiéndose entre sus piernas.

Sanji uso sus largas piernas para abrazarlo de la cintura y pegarlo más a él.

El beso continuaba siendo rudo, sus lenguas bailaban dentro de sus bocas, sus labios eran leve mente mordidos probocando suspiros en ambos.

-D-detente Zoro.-Sanji trataba de apartarlo.

-¿enserió quieres que me detenga?

-Tu esposa o la mía pueden venir en cualquier momento.

A Zoro le importaba un carajo, el solo quería seguir besandolo, pero era verdad, tenía que detenerse, así que lo hizo

Zoro antes de irse, le dio una último beso en los labios y salio por la puerta.

Sanji seguía sentado sobre el lavamanos, trataba de procesar todo lo que había pasado, aún no sabia cómo era capaz de corresponderle y como su cuerpo reaccionaba a cada toque del peliverde cuando se suponía que el no era gay.

Tal vez todos somos un poco gay's.-pensó.

Sabia que estaba mal, muy mal, una vez Violet se enterara, su matrimonio se iría a la mierda, pero la adrenalina que sentía al estar con Zoro se sentía tan bien que quería más.

Esta mal pero ¿porqué se siente tan bien?

De igual manera salio del baño, nadie se encontraba dentro de la casa pero al escuchar ruidos suponía que estaban en el patio.

Salio y así era, estaban bebiendo un par de cervezas mientras reían y hablaban de algún tema.

-¡Sanji amor, ven acá!‐Dijo violet.

De indemediato se sentó junto a ellos.

Zoro al verlo integrarse le dio unas cuantas miradas coquetas, Sanji había notado aquello pero hacía todo lo posible por ignorarlo y no distraerse con eso.

Pasaron un rato más, ya había anochecido por lo que tenían que retirarse.

Tanto Violet como Sanji se encontran en el auto rumbo a su casa, el rubio se encontraba bastante cansado que solo quería dormir.

-Note que te llevas un poco mejor con Zoro.‐dijo al llegar a su casa.

-¿Porqué lo dices?-la miro.

-Hoy los mire muy juntos, riendo. -sonrió.

-¿A-ah, si?

-¡Si! Y me alegra mucho.-sonrió.

Sanji por alguna razón se empezaba a sentir culpable cada que la veía, pero trataba de ignorar cada pensamiento razonable.

Sus ojos ahora tenían en la mira a un peliverde.

COMPROMISO//ZOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora