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Sanji se encontraba en la oficina del restaurante, trataba de concentrarse lo más que podía pero no lo lograba porque siempre a su memoria regresaba el recuerdo de la última vez que había estado con Zoro, ya había pasado una semana desde la situación en la que se había encontrado con el.

En como la mano del peliverde lo tocaba bajo su ropa interior y lo hacia retorcerse de placer, con sus piernas temblando apunto de desplomarse al suelo.

La puerta de su oficina fue levemente golpeada haciendolo regresar a la realidad.

-A-adelante.-respondió Sanji.

-D-disculpe, un hombre de cabello verde quiere pasar a verlo pero...-dijo una de las empleadas del restaurante.

-Dile que pase.-dijo sin verla, ya sabía de quien se trataba.

En eso Zoro abrió la puerta entrando por completo cerrandola detrás de él.

-¿Que haces aquí?-pregunto Sanji con el ceño fruncido.

-Hola Cocinero, pensé en venir a verte, pasaron los días y no te volví a ver desde aquel día en mi casa.

-Eso fue un error de mi parte, si no necesitas nada solo vete.-se levantó de su asiento caminando hasta el frente de su escritorio.

-¿no te parece excitante la idea de besarnos en tu oficina?

-¿q-que? No.-dijo nervioso.

Sanji estaba recargado sobre su escritorio, Zoro se acercó a él acorralandolo dejando sus brazos a cada lado.

-¿no?¿Entonces prefieres meterte en mi casa?

-Musgo, te lo repito una vez más, estoy casado.-dijo mostrando el anillo en su mano.-Y te recuerdo que tu también.

-Eso no decías antes-dijo el peliverde.

-¿que tengo que hacer para que te vayas?-dijo Sanji ya harto.

-Besame.-Zoro fue directo al grano.

-No, todo menos eso.

-Deja de hacerte el mustio, se que te gusta que te bese.

-¿y que si me gusta?

-Entonces no te resistas y hazlo.-sonrió.

Sabia bien que podía sacarlo a patadas sin problema pero ¿y que si quería besarlo?

Sanji se acercaba poco a poco a él, mantenía sus ojos cerrados, estaba nervioso no quería verlo a la cara.

Mientras que Zoro veía como se acercaba a él.

La puerta de la oficina fue abierta de golpe haciendo que ambos chicos se separaran rápidamente.

-Sanji te estaba buscando, necesito que vengas a verme a mi oficina.-era Zeff.

Sanji se encontraba dando la espalda, estaba totalmente rojo y no quería que lo viera en ese estado.

-S-si, voy en seguida.-respondió nervioso.

El viejo los vio a ambos con los okos entrecerrados y sin decir nada se fue.

-Mierda, por eso quería que te largaras.-dijo Sanji molesto.

-¿quien era ese viejo?-preguntó Zoro.

-Era mi padre, te das cuenta que si nos hubiese visto yo estuviera muerto.

-Pero no nos vio, así que...

-No, ya vete.

Zoro no siguió insistiendo, estaba satisfecho con lo que había hecho, así que solo hizo caso y se fue dejándolo nuevamente solo.

COMPROMISO//ZOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora