Sanji salió una vez más junto a sus dos mejores amigas, se sentía sofocado y de alguna manera quería desahogarse y sacar todo lo que sentía.
Y que mejor manera que hablándo con ellas.
Nami y Viví estaban más que contentas de que el rubio empezara a salir más, ya que por ser un hombre casado y muy ocupado se sentían descuidadas.
El lugar en el que se encontraban era una linda cafetería, Sanji las invito almorzar ahí y ellas encantadas aceptaron.
Mientras desayunaban ambas chicas esperaban que Sanji hablara pero el rubio intentaba agarrar valor de algún lado.
-¿y bien Sanji?-dijo Viví.
-¿nos contarás o no?-dijo Nami.
-primero que nada, espero que no me juzguen tanto.
-¿es tan grave?-dijo la peliazul.
-Un poco, si.-respiro ondo.-Yo creo que me volví a enamorar.
-¿nos citaste aquí solo para hablarnos de tu esposa?-pregunto la peliroja.
-Ese es el problema, no es de mi esposa, más bien del esposo de su mejor amiga.
Ambas chicas se habían empezado atragantar con la comida, era una gran información que fue difícil de procesar, algo muy inesperado.
-¡¿que?!-dijo asombrada la peliroja.
-¿Hablas enserió?-pregunto Viví.
-Si, se que la estoy cagando por una calentura que de seguro no llegará a nada.-Sanji empezó a tallar su cara con las palmas de sus manos, se sentía frustrado.
-Que bueno que lo sabes, eh. Cómo crees que se sentirá Violet al enterarse. ¿espera ya te acostaste con el?-pregunto Nami.
-No, pero hemos tenido fajes.
(manoseo con ropa para el q no sabe q es faje.)
-Hay no.
-¿Entonces, el te gusta?-preguntó Viví.
Sanji asintió con su cabeza algo inseguro.
-¿se puede saber de quien se trata?
-¿me prometen que no dirán nada?-preguntó el rubio con un tono de preocupación.
-Sanji, somos tus amigas.
-Esta bien, conocen a Zoro?
-Hay no...-Nami lo conocía muy bien.
-¿Roronoa?-preguntó Viví.
-¿Hay algo de malo?-preguntó Sanji.
-El esta casado, igual que tu, no se si haya algo de malo.-dijo la peliazul con sarcasmo.
-Eso lo se Viví, es muy arriesgado lo que hacemos y créeme que he intentado pararlo pero simplemente no puedo.
-Mira, prometimos no juzgarte pero espero y puedas detener esto, además tienes que ser sincero con Violet.
-No es justo para ella.
-Lo sé, y agradezco que me escuchen.-sonrió.
♡
Después de pasar un agradable almuerzo junto a sus amigas nuevamente se dirigio a su casa, ahí estaba su esposa en la sala viendo algún programa.
-Oh, llegaste.-sonrió.
-Si, ¿que es lo que vez?-tomo asiento junto a ella.
-Es un anuncio sobre un producto raro que solo venden por catálogo.-dijo confundida.
-¿Porque vez eso?
-Ni yo lo se, se veía entretenido.
Era verdad, ese extraño anuncio era bastante entretenido.
-Sanji, por cierto, ¿cuándo fue la última vez que tuvimos una cita?-dijo Violet viéndolo.
-Oh, no lo sé, tiene bastante.-[Por favor no.]-penso.
-Salgamos a algún lado, ¿que te parece?,
-Claro.-sonrió forzosamente.
La verdad era que no quería salir, no por ella si no porque en realidad no tenia ánimos para salir, todo ese asunto lo desgastaba. Pero se lo debía a su esposa y haría lo posible por cumplir con esa cita.
Esa misma noche salieron a un restaurante bastante bonito, era un lugar al aire libre, tenía unas luces hermosas y un paisaje de maravilla.
Sanji conocía ese lugar, por eso había decidido llevar a su esposa ahí.
Rápidamente sus hordenes fueron llevadas a su mesa, también era delicioso.
Por alguna razón no estaba disfrutando la noche, algo le faltaba para ser perfecta.
-Mmmh, esto es delicioso.-dijo la mujer.
-Lo mereces, por eso te traje aquí.
Ella sonrio y sus mejillas habían tomado un color rosado, el rubio se acercó a ella y dejo un tierno beso sobre su mejilla.
Salieron de aquel restaurante con dirección a su casa, Violet estaba un poco ebria por el vino que habían estado tomando, mientras que el rubio estaba de igual manera, pero un poco menos, aún podía conducir.
Llegaron directo a la habitación donde ambos se unieron, se dejaron caer en la gran cama, entre besos y caricias terminaron haciendo el "amor."
Entre comillas, ya que Violet era la única que lo veia así.
Mientras que Sanji, le dio lo que tanto pedía su mujer.
Se sentía extraño, no era lo mismo, no sentía lo que al principio de su matrimonio.
No sabia como describir sus sentimientos justo en ese momento, solo que era distinto.
En su mente tenía la imagen del peliverde que por más que trataba de sacarlo de alguna forma terminaba regresando a su memoria.
En su mente habia imagenes del peliverde tocandolo con sus grandes manos,y de sus dedos rozando su piel.
Se dio cuenta de lo que estaba pensando, regresando justo a la realidad.
Su esposa se encontraba junto a el, ya estaba dormida.
Mientras que el, se levantó dispuesto a darse un baño, entró al chorro de agua, al estar completamente empapada paso el jabón por todo su cuerpo, después se enjuago.
Seguía bajo el agua mientras pensaba, no sabia porque estaba así, ya no era un maldito adolescente cómo para no tener su mente clara.
No era un hormonal como para que se pusiera duro solo por un recuerdo.
Estaba teniendo un aventura con un tipo, que desde el primer momento que lo vio sintió una atracción bastante grande por el.
Y estaba seguro de que Zoro se sentía igual.
O eso era lo que el creía, quería arriesgarlo todo, pero tenía miedo, tal vez y Zoro no se sentía igual, pero había una posibilidad de que si.
Tenía que estar lo suficientemente seguro, pero tenía miedo.
Sentía miedo de él mismo de que sus sentidos lo traicionaran y que terminará por engañar por completo a su esposa, si bien no se acostado con el, pero ya se habían relacionado de alguna forma y por esa misma razón se sentía terriblemente mal y ya no podía sentirse tranquilo.
Pero tampoco se atrevia hacer algo.
Solo esperaba que Zoro se sintiera igual que el y no solo con lo que sentían, esperaba que tampoco pudiera dormir tranquilo, que no pudiera ver a su esposa a los ojos y que cada día se sintiera culpable, tal y cómo el se sentía.
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COMPROMISO//ZOSAN
FanfictionTanto Sanji cómo Zoro se encontraban casados, cada quién con sus respectivas parejas, pero al ser presentados por ellas sus matrimonios se volvieron complicados.