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El divorcio de Sanji se había dado con éxito, tanto Violet como el rubio estaban de acuerdo por lo que no hubo ningún inconveniente, ese dia habia sido la ultima vez que vio a Violet, después este tuvo una larga charla con su padre Zeff dándole una y mil explicaciones ya que para el todo era tan repentino, Sanji pudo hablar abiertamente con el, contándole cada detalle de lo que había pasado sin omitir ni un detalle, desde sus errores y de cómo ya había aprendido de ellos.

De cómo se había vuelto a enamorar y la traición que cometió hacia su ex pareja, Zeff al principio se sintió decepcionado de él, no se la esperaba de su hijo, pero pudo llegar a procesarlo, no lo justificaba pero después de todo era su hijo, comprendía que ya era un adulto y cómo adulto también cometía errores, los cuales el solo se ocuparía de ellos, no se metería en nada, solo le quedaba apoyarlo.

Todo el tiempo se mantuvo a su lado dándole apoyo y tratando de animarlo ya que no había vuelto a ver al peliverde y sabía que era una de las razones del porqué Sanji se había vuelto tan triste.

Y así pasaron dos años, dos largo años que no había sabido de él.

Trato de seguir adelante, pero nunca pudo sacar por completo a ese hombre de su vida, después de todo se había enamorado verdaderamente de él.

Sanji había cambiado bastante, cómo mental y físicamente, su cuerpo estaba menos delgado que antes más bien estaba más ejercitado, cambió de posición su flequillo para asi cambiar de estilo, pero seguía viéndose igual,mientras que su barba se encontraba bastante crecida y ahora se veía todo un hombre adulto.

Abrió un segundo restaurante que no tardo en volverse famoso también, este tenía un estilo diferente, tenía una temática japonesa muy bonita, todo se veía tan asiático.

Le recordaba a cierta persona, que por cierto había sido inspiración.

Mientras tanto cada que llegaba a casa seguia sintiendo un vacío enorme en su pecho, no iba a negar que lo extrañaba, por que lo hacia, extrañaba aquel hombre que siempre lo llenaba de besos y caricias, en ningún momento lo dejo de amar, aun lo amaba con el mismo sentimiento de hace dos año atrás, lo peor de todo es que nunca se lo pudo decir.

Nunca le pudo decir Te amo a la cara.

Una nueva semana había comenzado y con eso el trabajo era cada vez más agotador.
La gente seguía entrando y saliendo de aquel restaurante era uno de esos días en los que estaba completamente lleno.

Se encontraba en su oficina pero habían solicitado su ayuda en la cocina por lo que el encantado acepto.

Su comida de verdad que era excepcional, los clientes frecuentes rapido se daban cuenta cuando la comida era echa por el.

El turno terminó y regreso a casa, a pesar de ya haber tenido dos años viviendo solo la verdad es que aún no se acostumbraba.

Le gustaría tener compañía de vez en cuando.

Respecto a su vida sentimental, actualmente se encontraba soltero a sus 27 años de edad, la verdad es que apesar de aun ser joven ya había perdido la esperanza, y se había condenado a morir solo.

Además de que se había cerrado a la idea de conocer a alguien más, no estaba interesado en alguien que no sea tal tipo de pelo verde.

Mentiría si dijiera que no lo extrañaba, la verdad es que si lo hacía, pero no tenia idea de su paradero, o de como contactarlo, simplemente desapareció.

Y eso era algo que lo ponía bastante triste, su corazón aún le pertenecía a ese peliverde.

Aun tenía los mismos sentimientos de hace dos años atrás, y apesar de haber conocido gente nueva nunca duraba con ellas porque lo botaban ya que siempre terminaba hablando y llorando por el.

COMPROMISO//ZOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora