Crecer tiene sus pro y sus contras y Min Bae lo sabe perfectamente.
No le queda más que aceptar que se esta acercando a esa edad, dónde ya no le cargarán y tendrá que usar sus pies para valerse por si mismo. Esa edad también viene con hacerse a la idea de que sus berrinches ya no valdrán lo mismo y que lejos de obtener lo que quiere, solo recibirá una mala mirada y algún castiguillo.
Meh, no vale la pena amargarse con eso, cuando sigue siendo el único bebé de la gran familia y todavía recibe sin falta, regalos solo por existir.
—¿Pa?
JiMin tararea, su expresión cariñosa le hace sonreír y aprovecha al máximo ese gran atractivo.
—¿Si? —JiMin dice, acurrucandolo contra su regazo.
Bae empuja la galleta de avena entre sus labios y espera hasta que comienza a deshacerse en su boca, disfrutando del sabor y del olor de su papi.
—¿Pa?
JiMin ríe y lo aprieta, murmurando una respuesta.
Bae frunce el entrecejo y con la mano llena de migajas, aprieta la camisa nueva de su papi. Busca las palabras en su cabeza y las acomoda de dos en dos, como le enseñó su tío Jin.
—Bae no - quie - mimir.
—Oh. —JiMin dice, aparentemente entendiendo. —Pero amor, si no duermes bien, te quedarás tan chiquito como tu papá.
Uy.
Bae suspira, resignado. Estas son las cosas que su papi dirá cuando le pide explícitamente que se duerma porque su papá y él matarán arañas por la madrugada.
Angustiado, Bae asiente.
No puede permitir que una plaga de esas cosas se apodere de su casa y se coma a su tío JungKook.
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¡Darling! © YoonMin
FanfictionBae era un bebé que conocía sus límites. Nació en medio de la fama, siendo Park JiMin y Min YoonGi sus padres, ambos miembros activos de la banda de kpop mundialmente conocida; BTS. Por supuesto, Bae conocía sus limites. Y sacar de quicio a sus tíos...