Bae soltó una frambuesa con su boquita ante el ruido ensordecedor de la chica frenre a él, o bueno, frente a su papi JiMinie.
La desquiciada gritaba y gritaba para seguidamente llorar y golpear la mesa con sus puños.
"Ya cállate lisiada"
Su papi lo apretó contra su pecho, agradeciendo que tuviesen una mesa que los separaba de ese caos hormonal.
—¡OPPA, OPPA, MI CORAZÓN LATE TAN FUERTE POR TI, OPPA!
"Ay sí, que se detenga. Como jo.."
Atragantado con su propia salivita, Bae alertó a todos en el evento.
Rápidamente, recibió palmaditas y su biberón con agua, mientras era cuidado como el tesoro mundial del gran grupo BTS.
La loca sin embargo, siguió llamado Oppa a su papi y hasta el tío JungKook pareció un tanto irritado.
—¡OPPA POR FAVOR, DÉJAME SOSTENER A TU BEBÉ!
"N-NO" Tosió. "Ni mad.."
Fruciendo su nariz de botón, el bebé sollozo y apoyó su cabeza contra el pecho de su papi. Sus pequeñas manos se aferraron al borde de la mesa y empujó inútilmente, ya un poco exaltado por la tos, el ruido, la posición y el Oppa.
La rabieta dió inicio y el evento pareció acelerarse, con todos firmando a una velocidad impresionante y un bebé llorón sobre el regazo de su padre.
—¡OPPPPPPPPPPPPPA!
Bae buscó con la mirada aquella voz fastidiosa y la encontró, muy, muy pero muuuuuy apartada, siendo sostenida por un par de guardias.
"Uy, que molesta"
El bebé se quejó con un berridito, siendo acunado por los brazos de su papá YoonGi y escuchando las disculpas de los demás por su "extraño comportamiento, causado por niñas histéricas" o algo así quiso decir su tío Arem, la verdad no se acuerda porque su papá comenzó a cantarle Seesaw y bueno, es débil.
El día terminó con un vídeo colgado en intetnet, donde una fan había estado alardeando de que robó un cabello de su papi JiMin y ahora lo clonaria.
"Uy, sí."
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¡Darling! © YoonMin
FanfictionBae era un bebé que conocía sus límites. Nació en medio de la fama, siendo Park JiMin y Min YoonGi sus padres, ambos miembros activos de la banda de kpop mundialmente conocida; BTS. Por supuesto, Bae conocía sus limites. Y sacar de quicio a sus tíos...
