🐣 CINCUENTA Y SIETE

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Hacia mucho frío.

Bastante.

La chaqueta Dior que portaba no era suficiente, pensaba Bae. Y todas las cajitas de colores apuntando en su dirección, lo hacían suspirar y pegarse más a su papá, mientras el ruido ensordecedor de las locas no se hacía esperar.

La fama pesa bastante, si se le permite opinar.

Formó burbujas en su boca y chilló cuando estas se rompían, golpeando los hombros de su papá, para instantes después, abrazarlo por el cuello y acurrucarse, buscando su calor mientras los fotografiaban antes de poder seguir y subir al avión.

Ah. Qué dolor de cabeza. De seguro su tío NamJoon lo pediría y él terminaría debajo del asiento, cuando el grandote se durmiera.

Bae casi podía recrear la escena de sus papis asustados, buscándole, mientras él dormitaba debajo del asiento, junto al pasaporte de su tío ÑamÑam.

Pronto estuvieron en movimiento, listos para volver a casa después de una serie de entrevistas en algún lugar que no conocía y no conoció, porque se la pasó dormido de brazos en brazos.

Bae suspiró, observando los pies chiquitos de su papi JiMin caminar apresurados, casi corriendo lejos de las cajitas de colores y con el rostro sonrojado. Tal vez era la vergüenza de la mordida de araña que tenía en el costado de su cuello, demasiado grande como para poderse ocultar en el abrigo que portaba.

Quien sabe, ahora él dormía en la habitación de a lado, con una camita suavecita y completamente suyita. Solito porque ya era un hombre adulto.

Pero a juzgar por esa mordida que tantas miradas acusatorias, sonrojadas y de aceptación tenía, Bae intuía que sí, que su papi estaba huyendo debido a esa mordida.

Chilló de nuevo y frotó sus ojitos con los puñitos regordetes, causando más gritos y muchas más luces. Su entrecejo se frunció y se hundió en los brazos de su papá, formando un pucherito disconforme que empeoró los gritos.

Tenía la leve sensación de que estaba robando la atención y que su tío JungKookie estaba celoso.

Bae sonrió, haciendo que sus ojitos se volvieran medias lunas, causando tal conflicto que los guardaespaldas grandotes se posaron a sus lados.

Jiji. No debió hacer eso.

¡Darling! © YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora