Bae era un bebé que conocía sus límites. Nació en medio de la fama, siendo Park JiMin y Min YoonGi sus padres, ambos miembros activos de la banda de kpop mundialmente conocida; BTS.
Por supuesto, Bae conocía sus limites. Y sacar de quicio a sus tíos...
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Feliz cumpleaños al amor de mi vida ♡ que todos sus sueños continúen cumpliéndose. Gracias por enseñarme en compañía de los demás, que tengo que esforzarme y pelear por lo que quiero, sin detenerme a dudar de ello.
Te admiro siempre.
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YoonGi era algo así como MUY consciente de lo caprichoso que era su hermoso y tierno bebé. Por esa misma razón, no dudó en ignorar sus gimoteos fingidos al no obtener más de esas galletas de mantequilla que tanto le gustaban, porque se derretian en su boca.
En alguna ocasión se preguntó si a Bae le gustaban tanto porque, literalmente, él bebé no tenía que masticarlas.
—¡YoonGi, no puedes sólo quitarle las galletas a ese pobre e infeliz niño!
Rodó los ojos ante el drama de Kim SeokJin y sostuvo a su inquieto hijo contra su pecho.
El pucherito del niño lo estaba torturando, enserio que no quería llegar a esos extremos. Pero Bae casi rodaba.
—Vamos, no puedes caer en su llanto. Este pequeño es como una sirena, atrayendo a los pobres idiotas que se creen su falso sufrimiento.
Una mano aterrizó en su nuca, haciendo que cerrara los ojos ante el dolor del mismo y preparándose para maldecir al imbécil que se atrevió.
—Min YoonGi y Park JiMin ¿qué infiernos le están haciendo a ese pobre bebé?
El rapero parpadeó, dando media vuelta y enfrentando a un molesto Bang PD.
¿Qué demonios?
—¿Qué? ¿Cuando? ¿Yo? ¡Pero yo no hice nada! ¿JiMin? ¡JiMin ven aquí! —YoonGi prestó atención a su ahora calmado hijo.
Este jugaba con sus pequeñas manos, mimando su pulserita y luciendo tan tierno con sus mejillas sonrojadas, su puchero y el rastro de lágrimas en su infantil y bonito rostro.
