Bae bosteza, demasiado entretenido con el pendiente brillante en la oreja de su papi JiMin.
Finalmente, acomoda su pequeño rostro y suspira ante el rico aroma del cuello del mayor.
Es su lugar favorito, porque es calentito y oloroso.
Puede escuchar las voces de los demás y la luz de las cajitas de colores a su alrededor, pero sus ojitos son sensibles a los mismos.
Apoya sus pequeños gorditos pies en los muslos de su papi y levanta ambos brazos, abrazandolo y causando un revuelo en el lugar.
Sonriendo y en un total acto de ternura, Bae saca su pequeña lengua y atrapa la mirada de su tío JungKookie.
"Mío, papi e mío."
JungKook frunció el entrecejo y regresó su atención hacia el frente, prestando atención a las cámaras y las preguntas de los periodistas.
—Espero no causar problemas, pero ¿podrían decirnos que tan difícil es para un bebé, compartir la agitada vida junto a la banda sensación?
"Muy buena, me porto muuuuy bien."
El silencio se extendió por la sala, siendo roto por el resoplido de YoonGi y la risita nerviosa de JiMin.
Bae se sintió ofendido.
—Mi hijo es un pequeño diablillo ¿que esperan que diga?
El bebé se removió inquieto, buscando a su papá y señalandole con su pequeño gordito puño de bebé resentido.
"¡Traición! Tío Arem pagará."
NamJoon estornudó, arreglando una sonrisa y cambiando el tema al de su próxima gira por Europa.
Todos traicionaban al pequeño bebé.
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¡Darling! © YoonMin
FanfictionBae era un bebé que conocía sus límites. Nació en medio de la fama, siendo Park JiMin y Min YoonGi sus padres, ambos miembros activos de la banda de kpop mundialmente conocida; BTS. Por supuesto, Bae conocía sus limites. Y sacar de quicio a sus tíos...