—Vamos cariño, repitelo una vez más.
YoonGi observó a su bebé jugar con sus pequeñas gorditas manos. Él bebé estaba haciendo morritos e ignorando la presencia de ambos padres.
La discusión que había tenido con JiMin, parecía haber terminado en el momento en que su hijo dijo, la que podría ser, su primer palabra.
Bae solía ser un niño flojo y eso no resultaba sorpresa para nadie. Muchas personas les habían dicho que ambos e incluidos los tíos Bangtan, mimaban muchísimo al niño y que de aquello se originaba que Bae fuese un tanto caprichoso y negativo a la hora de hablar o caminar.
Por supuesto, ellos se habían esforzado porque el bebé comenzara a dar sus primeros pasos y Bae ya podía mantenerse paradito, pero Bae era también un lindo regordete, que prefería comer y ser mimado.
Cada noche y sin importar si ambos padres se encontraban agotados, ayudarían a su bebé con sus ejercicios y le motivarian a dar pasitos que terminaban en risitas y besitos en las mejillas. Pero Bae no había dado indicios de hablar.
Hasta ese momento.
Las mejillas de JiMin se sonrojaron cuando un sollozo escapó de sus labios y YoonGi sonrió aún con el bebé en brazos. Podía entender el sentimiento de orgullo.
Bae juntó sus manos y sonrió, mostrando la sonrisa de gomita que heredó del rapero y, como si de magia se tratase, la tensión se esfumó y ambos padres decidieron que no valía la pena tener peleas tontas, cuando podían invertir ese tiempo junto a su bebé.
Hablarían y juntos buscarían la mejor solución. Una que no dañara a su bebé en el proceso y una que les diese la oportunidad de entender que ser padres nunca sería fácil, pero que valía cada pequeña cosa.
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¡Darling! © YoonMin
FanfictionBae era un bebé que conocía sus límites. Nació en medio de la fama, siendo Park JiMin y Min YoonGi sus padres, ambos miembros activos de la banda de kpop mundialmente conocida; BTS. Por supuesto, Bae conocía sus limites. Y sacar de quicio a sus tíos...