—Pero no me apuntes ¿okay?
JungKook esta sollozando con el lápiz en la mano y un cuaderno de notas sobre la mesita de cristal en el centro de la sala.
Los mayores suspiran en sincronía, observando la escena sin querer hacer mucho al respecto, mientras Bae se mantiene sobre la pierna de su papi JiMin, jugando al caballito.
—¡Nam hyung, c-casi termino las p-planas! P-por favor.
El posible salvador del bebé grandote, abre la boca y la cierra a una velocidad impresionante, cuando YoonGi lo observa también, sin aparente interés.
Nadie debe meterse en el castigo del bebé grandote y es así como debe ser.
—Continúa JungKook, y por favor, no mojes el papel con tus lágrimas o tendrás que re hacer todo el trabajo. —YoonGi dice, masticando una goma.
Movido por el interés, HoSeok se mueve a un lado del Maknae y pronto está riendo, olvidando que el chico parece lo suficientemente triste como para ello.
—N-no se burlen. —JungKook intenta de nuevo, salpicando con sus lágrimas el papel.
Se queda en silencio un momento y de nuevo empuja el lapiz, decidiendo que puede terminar más rápido si deja sus berrinches de lado.
A ver, que rellenar un cuaderno entero con "no debo molestar a Min Bae, a menos que ambos nos molestemos el uno al otro" no es algo taaaan malo.
Por lo menos su hyung no le dio de nalgadas, cuando lo descubrió a punto de ir a molestar al otro bebé.
Formando un puchero exagerado, JungKook aparta los mechones largos de su cabello. Le urge terminar para irse a jugar.
Los demás olvidan de a pocos el tema, enfrascados en una conversación a cerca de su nuevo álbum y cuando está a cuatro hojas de terminar, JungKook también decide participar.
El chico levanta la mirada y abre la boca, pero sus palabras quedan en el aire al ver la sonrisita en los labios de Bae.
¿Se estaba burlando?
Ah. Imposible.
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¡Darling! © YoonMin
FanfictionBae era un bebé que conocía sus límites. Nació en medio de la fama, siendo Park JiMin y Min YoonGi sus padres, ambos miembros activos de la banda de kpop mundialmente conocida; BTS. Por supuesto, Bae conocía sus limites. Y sacar de quicio a sus tíos...
