🐣 VEINTIOCHO

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—Bebé, quédate así.

Bae se sostuvo de sus regordetas piernas, sintiendo la suave tela de su trajecito de osito que le cubría por completo.

Esperó ansioso hasta que su papi JiMin le tomará fotos con su teléfono móvil y se quejó un poco cuando por fin, su papá YoonGi se alejó cuidadosamente de su espalda y le dejó solito.

Abrió su pequeña boquita y elevó una de sus manos, abriendo y cerrando el puñito hacia su papi sonriente. Se sentía un poco inseguro, pero también sabía que no dejarían que se lastimara cayendo al suelo.

Un pasito torpe y su pecho se agitó. Dos pasitos muy torpes y sus ojitos se cristalizaron.

—Vamos dulce corazón, un poquito mas y papi te llenará de mimitos. —Susurró JiMin en voz bajita, pendiente de los movimientos de su niño.

YoonGi observó las nalguitas rellenas de su bebé dentro del curioso trajecito que le pidieron por internet y soltó una risita nasal que atrajo la atención de Bae. El brusco movimiento casi le hace caer y una exclamación asustada, alertó al mayor.

—Bae, ve con papi ¿si? Todo estará bien, papá siempre te sostendrá.

El bebé sorbió de su nariz y apretó los puñitos, no entendiendo nada pero dispuesto a llegar hasta su papi y ponerse a salvo.

Otro pasito inseguro y se detuvo. De nuevo dió dos pasitos más y chilló en cuanto su papi le rodeó con ambos brazos y dejó besitos en sus abultadas y sonrojadas mejillas.

Él podía con todo. Sus papis siempre se lo decían.

—Chicos, tenemos que salir para llegar a tiempo al aereopuerto. —Su tío Jinnie apareció, hablando bajito para no arruinar la escena.

O bueno. Bae casi podía con todo, pero odiaba lidiar con esas molestas cajitas de colores.

Y con las dementes fans de sus papis y sus tíos.

¡Darling! © YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora