—Yaaaaaaaaa hyung por favooor, solo quiero un pequeño sorbito de jugo.
La mirada de Jin se mantuvo aburrida, mientras observaba al bebé grandote frente a él.
—No, es de Bae y tú sigues castigado.
JungKook suspiró, triste pero no resignado. Sus ojos brillantes fijaron contra el niño que se mantenía jugando con sus manos dentro de su pequeña sillita y formó un puchero.
—Bae, bebé..
Bae levantó la mirada con la boquita media abierta y sonrió.
—Ño, e mio.
Jin se atraganto en medio de una risa histérica, mientras el Maknae parpadeaba en dirección del pequeño monstruo sin sentimientos que su querido y precioso JiMin hyung había parido.
Difícil de creer.
—¿Como puede un bebé albergar tanta maldad en su pequeño y gordete cuerpo? —Preguntó, aún impresionado.
YoonGi pasó a su lado, bostezando con JiMin detrás suyo, mientras el rapero sacaba a su bebé de la sillita y le llenaba el rostro con besitos que hicieron que el pucherito de JungKook fuese más pronunciado.
La risa histérica del bebé llenó el lugar, mientras JiMin empujaba un vaso de jugo a la mitad en su dirección, intuyendo que el bebé grandote estaba en medio de una rabieta.
Y es que cuando Bae y JungKook se juntaban a reclamar su puesto como bebé del grupo, las cosas podrían complicarse si alguno no pensaba con la cabeza fría.
SeokJin siempre disfrutaba de hacer enfadar a JungKook, así que claramente no intervendria.
—¿Como esta mi pastelito glaseado hoy? —Finalmente JiMin preguntó, besando la frente de su hijo.
Bae por su parte se concentró en los mimitos de sus papis, decidiendo que por ese día, no importaba si JungKookie se salía con la suya y se tomaba todo su juguito natural.
De todas formas, ¿que era mejor que la atención de sus papis, sus zapatitos channel, su loción importada y de nuevo los mimitos de sus papis?
Él corrió y corrió rápido.
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¡Darling! © YoonMin
FanfictionBae era un bebé que conocía sus límites. Nació en medio de la fama, siendo Park JiMin y Min YoonGi sus padres, ambos miembros activos de la banda de kpop mundialmente conocida; BTS. Por supuesto, Bae conocía sus limites. Y sacar de quicio a sus tíos...