Capítulo 17

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Capítulo 17 | "El concepto de la manada"

Elian Blackwolf

La cena se fue a la mierda. Eso estuvo claro desde el inicio.

Ni siquiera nos sentamos a cenar, no cuando el imbécil de Riccardo estaba frente a mi sin poder apartar sus malditas manos de mi hermana.

Envíe a mis hombres a dejar a Corinna en su casa y conduje con una velocidad alarmante hacia la casa de mis padres y aquí estamos, 24 horas después, lo necesario para reunir a la familia.

Mis padres se apoyan sobre el escritorio tras ellos mientras cruzan sus brazos, los tres en la misma pose intimidante, Edmund y yo no tenemos una postura muy diferente, estamos también de brazos cruzados en una esquina de la habitación. El tío Alek refunfuña por lo bajo en ruso mientras discute con Sergey y Nikolai y el tío Trevor se mantiene más alejado con Frank y Cameron.

Por otro lado, mamá acompañada de la abuela Antonella, la tía Celine y la tía Yulia nos observan a todos con precaución.

Sin embargo, contra todo pronóstico, Ekaterina, quien está en el centro de la habitación, alza su mentón con postura amenazante sin bajar la mirada ante ninguno de nosotros. Cada vez que alguno de mis padres le dedica una mala mirada ella no tarda en devolverla el doble de afilada.

— Ya que estamos todos aquí, creo que finalmente podrías explicarlos qué es todo este problema que estás causando — gruñe papá Kace.

— ¿Problema? ¿mi vida privada es un problema para ti, papá? — gruñe Ekaterina en el mismo tono — No recuerdo que tuvieras que ponerte a darle explicaciones a la abuela Antonella por tu vida privada, papá, ¿me equivoco?

— Ekaterina, no deberías... — intenta el tío Trevor.

— No debería, ¿qué? — sisea furiosa — El problema aquí no es ni siquiera que sea Riccardo, lo que los tiene al borde del colapso es que tenga pareja.

— Claro que no es eso — se queja papá Connor.

— ¿Ah no? — gruñe la rubia — Porque todos estos años ustedes se han encargado de ahuyentar, desaparecer o aniquilar a cualquier chico que ose acercarse a mí.

— No es cierto — gruñe papá Oliver.

— Mamá — Ekaterina voltea a mirar a mamá y ella les dedica una mirada a todos, ellos saben que es cierto.

— Estoy harta de todos ustedes, nunca les parece mal que Edmund o Elian tengan chicas, parece como si les alabaran ese hecho, igual si es Sergey, Nikolai o Cameron — gruñe y detecto el tono quebradizo de su voz — Edmund y Elian se están follando a una de las chicas Barone y ni siquiera hacen tanto alboroto.

Edmund maldice a mi lado mientras todos los ojos se posan sobre nosotros.

— ¿Te estás follando a una Barone? — gruñe el tío Alek con furia.

— Son unas traidoras — refunfuña Sergey — Una familia de traidores.

Ekaterina nos mira con arrepentimiento cuando se percata que no toda la familia sabía este hecho.

— Es sólo un plan para conseguir los papeles robados, cuando los tengan, ambos se alejarán — explica papá Kace — No es así, ¿cachorros?

La mirada de Corinna llega a mi mente con esos ojos brillantes que me capturan, su sonrisa. La culpa no tarda en invadirme cuando sé que lo único que estoy haciendo es jugando con ella aun cuando no lo merece.

Sin embargo, ni mi hermano ni yo titubeamos cuando asentimos hacia nuestros padres.

El regusto amargo en mi boca se acentúa cuando la mirada azul penetrante de mamá se posa en ambos mientras encarna una ceja en nuestra dirección, como si no estuviera retando. Mamá sabe algo, debe intuir que Corinna dejó hace tiempo de ser un trabajo solamente, pero no dice nada.

Flor ImperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora