Extra 3 | "Inferno"
**Veinte años después**
Milán Blackwolf
La música de Inferno retumba por las calles, mis ojos reparan en la enorme fila de personas que le da la vuelta a la cuadra, tan sólo esperando un lugar en Inferno.
Estaciono el deportivo frente a la entrada del club, lanzándole las llaves a uno de los hombres nada más bajo, no sin antes acomodar el arma que coloco tras mi espalda.
El reloj de oro blanco en mi muñeca brilla cuando elevo mi mano para acomodar los gemelos de mi traje, al igual que los anillos en mis dedos.
Camino hacia el club, sonriendo cuando escucho a varios periodistas gritar mi nombre antes de que mis hombres de seguridad detengan su llegada hacia mí.
Hay varios DJ's en las diferentes plantas y espacios del club. Mis hombres se encargan de abrirme paso por el lugar, aunque no es necesario, muchas de las personas se apartan nada más verme, aunque recibo varios saludos de su parte.
Soy uno de los Blackwolf que más sonríe, a mamá y la abuela le encantan mi actitud alegre de siempre, dicen que me parezco a mi abuelo Oliver en su juventud, y eso es lo que hace que las personas que no me conocen crean que pueden acercarse a mí, que crean que soy el eslabón débil de la manada.
Lo que nunca se imaginan es que mi actitud sólo es eso, una actitud, porque soy uno de los lobos más letales.
Me guían hasta el pasillo más custodiado del club, el que no está abierto al público, camino mientras escucho como la música poco a poco deja de retumbar hasta que se silencia de golpe cuando ingreso a la habitación, con las tres personas frente a mí observándome fijamente.
— ¿Lo tienes? — cuestiona papá Edmund.
— Lo tengo.
Los papeles que cargo dentro de la chaqueta se sienten pesados sobre mis manos cuando los tomo, entregándoselos a mis padres y acercándome lo suficiente para envolver entre mis brazos a mamá que me sonríe con alegría mientras me corresponde el abrazo.
A mis veinticuatro años está claro que he superado por mucho en estatura a mamá, igualando la estatura de mis padres, al igual que la musculatura. Sin embargo, siempre se las arregla para estirar su mano y desordenarme un poco el cabello castaño que heredé de mi padre Elian, al igual que los ojos azules.
— No has estado mucho por aquí estos días — se queja mamá, sonriendo cuando corre un poco mi camiseta de botones y ve el collar del lobo que me regaló cuando era niño, el cual aún conservo pese a que cuando crecí tuve que cambiarle la cadena para que pudiera continuar usándolo. Es el lobo de mi familia, que combina con el que ahora tengo tatuado en el cuello.
— He estado muy ocupado, mamá — me quejo — La tía Ekaterina es un fastidio.
Eso consigue hacer reír a mis padres, quienes continúan revisando los datos de transacciones de dinero que he traído desde Rusia, desde el hogar de la tía Ekaterina, la hermana de mis padres.
— Pobre de ti si Ekaterina llega a escucharte — se burla papá Elian
— Es un fastidio — me quejo — Igual que Marina, en eso son iguales.
— Cierra la boca.
Sonrío cuando escucho la voz de mi hermana a mis espaldas, quien sabía estaba próxima a llegar. Sé que debe de venir del bar de mamá, el Royale, sin embargo, no creí que llegaría tan temprano.
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Flor Imperial
Teen FictionLibro 2 | Trilogía Amores Letales Corinna Barone es una bailarina, se ha dedicado toda su vida a ello, de día es una preciosa bailarina que logra llenar los escenarios y es una de las mejores de su academia, pero de noche, de noche es fuego puro, de...