Capítulo 7

16.6K 1.1K 154
                                    

Capítulo 7 | "Casa Blackwolf"

Elian Blackwolf

Algo oscuro y retorcido bulle en mi interior cuando veo a la castaña ingresar a su casa con un visible moretón en el rostro.

Mis ojos barren su cuerpo en busca de posibles lesiones y siento como mis puños se aprietan con fuerza en los laterales de mi cuerpo cuando en su cuello observo la marca de dedos, de un agarre que han hecho con fuerza sobre su cuerpo.

— No volveré a preguntarlo, Corinna — la voz de mi hermano es sombría, en sus ojos detecto la misma furia que en los míos.

— Eso no es importante — trata de restarle importancia — Tengo algo de información para ustedes.

— Corinna — le advierto.

— Ahora que lo pienso, ¿qué hacen aquí? ¿cómo entraron? — frunce el ceño.

— Tu seguridad es obsoleta, dolcezza — se burla Edmund — Sólo tuvimos que forzar un poco la cerradura.

— Segundo strike, dolcezza — me acerco a ella — Uno más y enviaré a mis hombres a desmantelar el Royale hasta que me digas quién te hizo esto.

Traga saliva intimidada y me pierdo momentáneamente en el movimiento de su garganta.

— Fue uno de los hombres de Riccardo — finalmente explica — No sé bien quién fue, nunca lo había visto trabajando en el Royale, por lo que debe ser del círculo de seguridad de Riccardo, casi me descubre escuchando una conversación que mantenía con otro hombre y me atacó de advertencia.

— Me enteraré si estás mintiendo, Corinna — gruñe Edmund — Y me cabrearé, no creo que te guste mi versión cabreada.

— Estoy diciendo la verdad — gruñe ella en respuesta pero termina en una mueca de dolor cuando fuerza sus cuerdas vocales lastimadas.

Maldigo entre dientes mientras escucho la descripción que hace Corinna del hombre, memorizando cada dato en mi mente mientras camino hacia el refrigerador de su pequeña cocina.

Algo se aprieta en mi pecho cuando veo la escasez de comida que hay en el refrigerador, tomo un poco de hielo mientras lo envuelvo en un trapo de cocina y camino hacia la castaña, la cual ya se encuentra sentada en uno de los sofás de su salón y mi hermano me hace un pequeño asentimiento con su cabeza que entiendo perfectamente.

Ya le envió la descripción del hombre a nuestros mejores escoltas, es cuestión de minutos en que logremos conseguir el dato.

Me siento justo al lado de Corinna y veo como tiembla ligeramente mientras trata de evitar el contacto visual conmigo, eso sí consigue hacerme sonreír.

No son muchas las personas que no me teman, si excluimos a mi familia de la lista no habría nadie más, pero misteriosamente Corinna no lo hace, sólo siente una especie de curiosidad retorcida, lo que me lleva a pensar dos cosas, la primera podía ser que es realmente estúpida para confiar en dos mafiosos que conoce de un par de ocasiones, terriblemente peligrosos y letales. La segunda cosa que pienso es que en realidad la italiana ha recibido tanta mierda en su corta vida que ya nada logra asustarla de verdad.

Lo que sería aún más jodido.

Aparto un delicado mechón castaño que cae sobre su rostro y me pierdo un momento en la profundidad de sus ojos castaño que, pese a ser tan oscuros parecen brillar con un brillo propio, en lo rosas que son sus labios y en lo apetecibles que me parecen en este momento.

Pero no puedo hacerlo. No puedo concentrarme en estos detalles.

Ella es sólo un objetivo.

Parece estremecerse con el toque de mis dedos en su mejilla y coloco ligeramente el hielo en su rostro magullado.

Flor ImperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora