Capítulo 40

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Capítulo 40 | "Verdades nocturnas"

Corinna Barone

El almuerzo es por demás incómodo, todos tomamos asiento en la enorme mesa de comedor que los empleados de Mateo se han encargado de preparar. La comida se ve deliciosa, sin embargo, nadie osa hacer el primer movimiento.

Todo bajo un espeso silencio incómodo.

Madison y Alek comparten una mirada entre ellos como si así pudieran comunicarse, veo la incomodidad en el cuerpo de Mateo mientras los gemelos lo acribillan con la mirada de reproche y parece ser el momento justo para que Cosima ingrese al comedor.

— ¿Por qué hay tantas personas en el salón? — ingresa quejándose de la alta cantidad de guardias que se encuentran, la seguridad de los lobos.

Aunque frena sus pequeños pasos cuando se percata de las personas frente a ella, específicamente los hermanos, quienes les regalan esa asombrosa sonrisa que podría ponerles el mundo a sus pies.

— Hola de nuevo, principessa.

Cosima chilla feliz mientras corre hacia ambos, trepa sobre el regazo de Edmund hasta envolver sus pequeños bracitos alrededor de su cuello. Ríe con gracia cuando pasa a los brazos de Elian y ambos la llenan de elogios.

— ¡Han vuelto! — sonríe feliz — ¡¿Lo viste, Cora?!

— Lo vi, Cos.

Nunca le hablé a Cosima de lo que ocurrió, simplemente le dije que deberíamos irnos lejos por un tiempo y, pese a que no dejó de preguntarme las razones por las que me encontraba sin ánimos, nunca quise hablarle sobre lo que había ocurrido entre los hermanos y yo.

Cosima les tiene cariño. A su manera, han sido cercanos. Mis problemas con los lobos son directamente con ellos, jamás destruiría la imagen que mi pequeña hermana tiene sobre ellos.

— ¿Han venido por nosotras? — sonríe Cos hacia los hermanos.

— Así es, principessa.

Cosima hace una pequeña mueca.

— Pero no quiero irme — se queja — Me gusta aquí, y me gusta estar con Mateo.

— Y puedes quedarte el tiempo que quieras — le sonríe el colombiano.

— ¿No quieres volver a España, principessa? — le susurra Elian — Volver con Sergey y los demás.

Manipulador.

Es un jodido manipulador.

Cosima tuerce el gesto mientras realmente parece meditar la idea de volver a España y ver al chico rubio.

— Cos — la llamo — Siéntate en tu lugar, anda.

A regardiñes suelta a los hermanos, no sin antes saludar efusivamente a la señora Blackwolf, y finalmente toma asiento en su lugar en la mesa.

La cena sigue siendo un poco incómoda, los hermanos no me quitan la mirada de encima más que para hablar con Cosima y responder a sus preguntas. Pese a que la conversación se centra en los negocios y Mateo no deja de adular mi trabajo, siempre existe ese pequeño elefante en la habitación del que nadie quiere hablar y todos ignoramos.

— ¿Cómo está Carissa? — cuestiona Madison con una sonrisa, tratando de aliviar la tensión y logrando capturar toda la atención de Mateo ante la mención de mi hermana.

— Mucho mejor — le sonrío — El tratamiento ha hecho efecto en reparar su cuerpo poco a poco. Se ha mantenido limpia desde que despertó y, pese a que ha sido jodidamente difícil, planea seguir limpia.

Flor ImperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora