Capítulo 2 | "Royale"
Corinna Barone
— ¡Eres una maldita entrometida!
Volteo los ojos ante el nuevo grito de Carissa, eso es lo único que hemos estado haciendo desde ayer por la tarde cuando se marchó Riccardo con sus hombres, discutir.
Al parecer poco le importa que sea yo, su hermana menor, quien va a tener que sacrificarse, de nuevo, por ambas, gracias al hecho de que no puede pasar ni un sólo segundo sin querer estar metiéndose polvos por la nariz.
— Carissa, no volveré a tener esta discusión contigo — gruño cansada mientras termino de preparar el desayuno de Cosima, a quien debo llevar a la escuela antes de pasarme por la academia.
— No entiendo el motivo de meterte en mis asuntos — ruge de nuevo — Nadie quiere venderme nada desde anoche, no hay un maldito traficante que quiera saltarse una orden directa de Riccardo.
— ¿Te estás escuchando? — gruño indignada — Estás pensando en gastar dinero en drogas, un dinero que robaste, primeramente.
— Es mi dinero, lo gasto en lo que me plazca.
— Bueno, podrías gastar tú dinero en ayudar en casa, casa en la que tú vives. O tal vez en comprar comida, comida que tú consumes — me acerco a ella, la supero unos centímetros en estatura y mis ojos castaños colisionan con furia con los suyos — O tal vez pagar algún recibo, ¿o que tal ayudar con los estudios de Cosima? Algo que no sea una detonación de egoísmo de tu parte.
La ira bulle en su mirada cuando me sostiene la mirada.
— No me hables así, soy tu hermana mayor.
— Entonces compórtate como tal.
Finalmente aparta la mirada y da un par de pasos atrás cuando Cosima sale de nuestra recámara y camina tímidamente hacia nosotras. Lleva el uniforme de su escuela perfectamente planchado, del que me encargo yo de planchar cada vez que llego de la academia. Su cabello lo trae suelto tras su espalda y toma asiento en la pequeña mesa de comedor donde le coloco un plato con huevos revueltos y tostadas frente a ella.
— ¿No comerás conmigo, Cora?
— No tengo hambre, Cos — le ofrezco la más creíble de mis sonrisas, cuando la verdad es que el desayuno no alcanzaba para las dos — ¿Ya decidiste el peinado que quieres?
La niña frente a mí me regala una sonrisa mientras me explica el trenzado que quiere hoy y yo me coloco tras su espalda mientras tomo el cepillo y comienzo a hacerle el trenzado de espiga en su cabello en lo que ella se encarga de hablarme sobre todo lo que planea hacer en la escuela el día de hoy mientras desayuna.
Carissa sólo se encarga de mirarnos, aunque como siempre que estamos juntas, Cosima se encarga de ignorarla.
Cosima casi nunca habla con Carissa, aunque ella misma se lo ha buscado, siempre es lo bastante grosera con Cosima y ella se ha decidido por ignorarla.
Espero que Cosima termine de prepararse y yo termino de preparar su merienda en su lonchera rosa y salimos de casa sin dirigirle ni una mirada a Carissa.
Caminamos por las calles de Coruña mientras Cosima habla de cualquier cosa que se le ocurra, yo llevo sobre mi hombro su mochila y en mi otro brazo mi bolso deportivo mientras al mismo tiempo sostengo su mano.
— ¿Los hombres malos volverán a buscarnos, Cora? — su pregunta casi me hace detenerme, pero trato de recomponerme con prisa.
— No, me encargaré de ello, tu no tendrás que preocuparte por nada, Cos.
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Flor Imperial
Ficção AdolescenteLibro 2 | Trilogía Amores Letales Corinna Barone es una bailarina, se ha dedicado toda su vida a ello, de día es una preciosa bailarina que logra llenar los escenarios y es una de las mejores de su academia, pero de noche, de noche es fuego puro, de...