Andrea apenas prestaba atención a la conversación en el auto, el sueño la había dejado más cansada que antes y aunque intentó retomarlo, aunque sea para cinco minutos de descanso, no había logrado cerrar ojo. Intentaba mantenerse despierta, asintiendo cada tanto a lo que parecía escuchar cuando se dirigían a ella.
—¿Nerviosa por los últimos días? — preguntó la madre de Dareh.
Andrea abrió deprisa sus ojos y observó a la madre de Dareh y a su hijo con pánico, no había escuchado la pregunta y no sabía si el asentir con la cabeza la iba a ayudar.
—Sobre las clases, que si estás nerviosa de los últimos días. Parece que no dormiste bien anoche.
—No, solo...— Andrea intentó reprimir un bostezo frente a los demás—. Solo que ayer no logré pegar ojo.
El padre de Dareh observó por el retrovisor a su hijo y luego a Andrea, le dirigió una mirada cómplice a su esposa y luego ambos rieron.
—¡Papá, no es eso! — exclamó Dareh.
Thiago se mantenía en silencio mientras fijaba su mirada por la ventana, deseaba poder ingresar a la universidad de una vez por todas, y aunque iba a extrañar a su familia, había aplicado para estudiar en su ciudad y poder tener más cerca a sus padres.
La conversación había cesado después de unos minutos, Andrea escribía con su madre para asegurarle que estaba en camino para el colegio como había prometido, mientras que Mia sería llevada por Walter. Al estacionarse frente al colegio, Andrea agradeció por el recibimiento de su presencia y la comida, y en cuanto ellos se fueron, Dareh tomó su mano para atraerla a él.
—¿Estarás ocupada esta noche?
Cuando Andrea no estaba viendo a Dareh, muchas veces pensaba sobre lo que le estaría ocultando y si debería ser algo precisamente malo, pero cuando lo tenía tan cerca, todo rastro de duda se disipaba y sus neuronas apenas hacían aparición, en su lugar recibía las muestra de afectos con una sonrisa y una mirada embobada que le habría dado asco con anterioridad.
—Creo que veré algo con Mía... si es que no vuelve a salir con mi madre y Walter.
—¿Es posible que Mía prefiera salir con Walter antes que quedarse en casa contigo?
—En realidad, siempre me pregunta si no me molesta que salga con Walter, pero no la obligaré a quedarse conmigo sabiendo que pronto me iré.
—¡Sobre eso! ¡Te tengo una sorpresa! Pero... te la daré si es que vas esta noche.
—¿Es chantaje?
—¿A mi chica super inteligente? Claro que no, chantajearía de una mejor forma para que no te dieras cuenta de que lo es.
Ambos entraron al colegio y tomaron el camino para la primera hora de clases, que transcurrió como las demás; todos hablando entre ellos mientras los profesores se encargaban de corregir las últimas notas en el escritorio y pedía cada minuto un poco de silencio. Normalmente, sus últimos días de clases se basaban en corregir y subir las notas que faltaban porque habían completado todos los temas con tiempo de sobra; solo asistían porque era obligatorio.
Andrea, Chiara y Sara conversaban en una esquina del salón de clases. Sara había decidido hablar profundamente con Chiara antes de marcharse por completo, y había sido la solución necesaria para arreglar sus problemas, y sería un poco obvio que existieron más de una lágrima salida por parte de las dos. Había obligado a Dareh en dejar sola a Andrea para que ellas puedan tener una conversación de chicas mucho más amena.
—¿Entonces? — inquirió Chiara—. ¿Cuándo nos darás más detalles de ustedes dos, querida amiga?
—¿Tal vez el día que tú nos cuentes cuando empezaste con Héctor? — interfirió Sara—. ¿Crees que somos ciegas? Héctor está prácticamente a tus pies, y ni hablar que accediste a ir a una universidad cercana a la de él para que pueda conservar su beca de deportes.

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Metanoía.
Teen FictionAndrea se ve envuelta en un mundo nuevo con personas que ya conocía después de su cumpleaños número dieciocho, al despertar descubre que ha regresado un año en el tiempo con un ligero cambio: su vida no es como antes. Las personas que ella antes con...