El carácter de Alma en la fiesta había sido totalmente admirable para mí, como me había defendido y como había defendido nuestra relación, se merecía el esfuerzo que había realizado para invitarla al baile.
Cumplí la cita que le había dicho a Hagrid que había tenido con ella para pedirle que fuera mi novia. Caminamos un rato hasta el prado de girasoles y su cara fue un poema al verlo, sus ojos brillaron con mucha emoción.
— ¿Y esto? — Pregunto con alegría.
— Es tu premio. — Le sonreí orgulloso. — Un picnic para ti, mi niña buena.
Me resultaba gracioso como siempre se ofendia cuando Potter le decía que era una niña, pero cuando yo le decía que era una niña buena sus ojos brillaban, su piel se erizaba e inmediatamente su rostro pasaba a ser rojo cual tomate.
Nos sentamos en la manta que estaba en el suelo, tenía dos tabla, una llena de quesos y galletas, otra con distintos dulces, también había una cesta llena de diferentes frutas y una taza llena con uvas, dos copas y vino.
También había un pastel de chocolate con fresas, sabía que la fresa era una de las frutas favoritas de Alma.
En el medio de este se encontraba un ramo de girasoles con otras pequeñas flores para ella.
— Todo está muy bonito. — Me sonrió sinceramente. — Muchas gracias.
Serví en las dos copas vino, se la entregué a Alma quién me agradeció con una sonrisa para después probarla.
— Está delicioso. — Soltó un suspiro. — Pero, quiero entender ¿Por qué todo esto?
— Me encogí de hombros. — Me gusto mucho como te comportaste en la fiesta, la manera en como te enfrentaste a Potter y defendiste lo nuestro. — Sonreí.
— Potter se comportó muy mal y no me gusta la violencia. — Reconoció. — Me sentí mal por abofetearlo, pero tampoco me gusta y no me merezco su ofensa.
— Claro que no, nada de lo que hiciste estuvo mal.
— ¿No te molesta que besará a tus amigos? — Pregunto tomando una fresa, agarro la miel que se encontraba cerca echandosela para luego morderla.
Mis ojos no perdieron ninguna de sus acciones, ni la manera en como saboreo la fresa.
— Negué. — Del único que me podía molestar ni te beso, ese estúpido Potter... No tiene ni la mayor idea de lo que se está perdiendo.
Me acerque a ella para quitarle la fresa y morderla yo.
— Rodó los ojos. — Seguro siente que no se perdió de mucho.
— Pues lo hizo. — Le aseguré. — ¿Te gustó besarte con mis amigos?
Ella trago saliva nerviosa mientras pasaba su dedo por la capa de chocolate de la torta y lo llevaba a su boca.
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La dulce Hufflepuff
FanfictionAlma Hagrid es una niña que apareció en la puerta del semi gigante y se volvió su más preciado tesoro desde ese momento. Quedó en la casa de Hufflepuff demostrando que todos tenían razón cuando de pequeña notaron que era una chica muy dulce con buen...