Capítulo 21

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Draco y Alma se encontraban en la sala común de las serpientes, con la luz de la chimenea y su calor envolviendolos mientras ambos se fundían en beso apasionado, Draco no podía dejar de mover sus manos por el cuerpo de la Hufflepuff, apretó sus mu...

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Draco y Alma se encontraban en la sala común de las serpientes, con la luz de la chimenea y su calor envolviendolos mientras ambos se fundían en beso apasionado, Draco no podía dejar de mover sus manos por el cuerpo de la Hufflepuff, apretó sus muslos robándole un gemido.

— Abre las piernas. — Pidió en su oído.

— Estamos en la sala común, alguien puede...

— Abre las piernas. — Pidió en un tono más autoritario que hizo que guardara silencio y obedeciera. — Me gustas más así, obediente.

Beso su cuello para empezar a meter sus manos por dentro de sus piernas, aparto la braga de la chica para meter un dedo sin previo aviso y a los segundos meter otro.

Alma se mordió los labios para no gemir, le estaba dando la espalda a Draco por lo que sus piernas abiertas y los dedos ágiles de Draco podrían ser vistos por cualquiera que quisiera bajar a la sala.

Draco apartó el cabello de Alma dejando su cuello expuesto.

— Te extrañe. — Le confesó mientras restregaba su erección en el culo de Alma. — Theo me contó, no dejaste que te probará ¿Por qué Alma?

— Ella se trago un gemido que estaba por salir. — Yo... Yo no quería problemas.

— Él soltó una risa ronca. — No tendrás ningún problema. — Le aseguro. — Mira lo que le has negado a Nott.

Saco por unos segundos los dedos de su interior y los metió en la boca de Alma, está hizo círculos por los dedos de Draco con su lengua y chupo mojandolo todo para que él volviera a meterlos con más fuerza.

— ¿Te parece justo que le hayas negado ese manjar a mi amigo?

Ella negó rápidamente y echo su cabeza hacia atrás para apoyarla en el hombro de Draco.

Alma abrió los ojos porque se sentía observada, miro hacia las escaleras al principio no podía ver nada porque sus ojos estaban llenos de lágrimas por la excitación, pero reconoció aquellos ojos color verdes.

Theo estaba escondido en las escaleras mirando absolutamente todo lo que estaba haciendo Draco con ella. Alma abrió más las piernas y subió su falda para que viera mucho mejor.

A Theo le había dado sed por lo que había decidido ir a la cocina, quería robar algo de comer para poder descansar pero se encontró con la escena más hermosa que podían ver sus ojos.

Alma con las piernas abiertas, con su frente mojada por el sudor, sus mejillas rojas al igual que sus labios los cuales no dejaba de morder a medida que Draco aumentaba el ritmo de estos.

Supo que lo había visto cuando sus ojos chocaron y ella abrió las piernas más para él y subió su falda.

Theo notó como el bulto entre su pijama se hacía más grande y trago saliva.

La dulce Hufflepuff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora