Capítulo 20

5.2K 369 39
                                    

Paso una semana desde que llegamos a Hogwarts, obviamente lo primero que hice fue ir hacia la cabaña de mi tío y darle un fuerte abrazo al igual que Fang el cuál se veía muy emocionado de verme después de tanto tiempo y yo también estaba muy emoci...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Paso una semana desde que llegamos a Hogwarts, obviamente lo primero que hice fue ir hacia la cabaña de mi tío y darle un fuerte abrazo al igual que Fang el cuál se veía muy emocionado de verme después de tanto tiempo y yo también estaba muy emocionada.

Mi tío me contó todo lo que visitó en París y las cosas que había comprado para mí, yo también le di el suéter que le había tejido, no había podido hacerle más camisas porque la máquina de coser estaba en la casa de mi madrina, pero en cuando se terminen las clases le haré un millón de camisas.

Era complicado para mi tío conseguir ropa de su talla, mi madrina y yo le ayudabamos con eso.

Le entregué una bola de nieve que compré de Venecia y él me entregó una de París.

Me preguntó cómo me habían tratado los Malfoy y se sorprendió cuando le dije que me habían tratado de maravilla y todo lo que había hecho con Cissy.

- No se porque me sorprendo, tú haces que cualquiera te quiera. - Me sonrió para luego abrazarme.

Asistimos al banquete de bienvenida y ese día no dormí en mi sala común, sino en la cabaña para el día siguiente levantarme temprano e irme a mi primera clase del día.

Ahora me encontraba paseando por los pasillos con un enorme libro de encantamientos para hacer una tarea, quería hacerla en el jardín, a pesar de que el frío aún esté presente quería disfrutar del aire libre.

- ¡Alma! - La voz de Cedric me hizo detener mis pasos.

Me voltee para mirarlo, venía corriendo con su sonrisa de no pasa nada, yo me cruce de brazos.

- Dime. - Respondí simple.

Tenía muchas ganas de abrazarlo pero me había ignorado por mucho tiempo y no sé la dejaría tan fácil.

- No te he visto casi, ni con tu novio, ni sus amigos, ni en el comedor, ¿Está todo bien?

- Si, mi tío y yo hemos decidido pasar la semana juntos por lo que comemos en la cabaña con el permiso de el director. - Aclaré para darme la vuelta y empezar a caminar con él siguiéndome los talones.

- Vale... - Murmuró. - ¿Cómo te fue en Venecia?

- Bien. - Suspiré. - Te compré unas cosas.

- No era necesario...

- Más tarde te las daré, tengo que estudiar.

- Alma, no me trates así. - Pidió. - Me duele.

- A mí también me dolió que no respondieras mis cartas y ni siquiera escribieras aunque sea un hola. - Lo confronté. - Fui a saludarte y Chang me dijo que estaban muy ocupados como para recibirme, la escuchaste y no hiciste nada.

- Es que estábamos en una situación...

- No quiero detalles, pudiste haberme buscado después. - Lo mire con tristeza. - Nunca has sido así conmigo.

La dulce Hufflepuff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora